El petróleo de Texas inauguró hoy el segundo semestre del año con una ligera subida de 97 centavos, en un día de espera hasta que hoy se publiquen datos semanales sobre las reservas de crudo en Estados Unidos.
Al cierre de la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) los contratos de futuros del Petróleo Intermedio de Texas de vencimiento en agosto se negociaron a 140.97 dólares por barril, frente a los 140 dólares a los que cerraron el lunes.
Durante las dos primeras sesiones de esta semana el crudo de Texas ha cerrado con escasos cambios, tras una semana en la que se encareció más de cinco dólares, hasta cerrar en un máximo histórico, empujado por la debilidad del dólar y las preocupaciones sobre la demanda del crudo.
Sin embargo, los inversores han preferido esta semana esperar a conocer cómo evolucionan las reservas disponibles en Estados Unidos de crudo y carburantes, lo que sumado a una ligera apreciación del dólar contribuyó a la contención de los precios.
El precio más alto jamás pagado por un barril de crudo de Texas se alcanzó el pasado lunes, antes de que abrieran los mercados, cuando en las operaciones electrónicas se ofrecieron 143.67 dólares por barril.
La leve subida de hoy coincidió con la noticia de que la producción mundial de crudo fue de 81.5 millones de barriles diarios en 2007, lo que supone una caída del 0.2 por ciento respecto al año anterior, la primera desde 2002, debido a los recortes de producción de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Por su parte, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cerró hoy al alza en el mercado de futuros de Londres, pero por debajo de los récords alcanzados en jornadas anteriores.
El barril de petróleo del mar del Norte para entrega en agosto cerró a 140.67 dólares en el International Exchange Futures (ICE), 0.83 dólares más que al cierre de la sesión del lunes.
El Brent se estabilizó tras la agitada sesión de la víspera, cuando sufrió grandes oscilaciones y llegó a marcar otro récord, de 143.91 dólares por barril, afectado por el debilitamiento del dólar, las tensiones geopolíticas y el temor de los inversores a una escasez de suministro
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