Todavía no se ha definido quiénes integrarán o qué y cómo legislará el “Congresillo” que se plantea en Montecristi como organismo de transición entre la culminación de la Asamblea y la elección de los futuros parlamentarios.
Por ejemplo, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, la cual se encarga de elaborar y proporcionar proyectos para el Estado, informó que no existe ningún documento listo para entregarlo a la futura Función Legislativa.
Pero según Gilmar Gutiérrez, asambleísta de Sociedad Patriótica, la actual mayoría utilizará al “Congresillo” para reglamentar los temas que “con premeditación y alevosía están dejando abiertos en la Constitución”. Esos tópicos serían, a su parecer, el aborto, el matrimonio homosexual, la propiedad, la dolarización…
Los miembros
En los últimos meses se ha hablado de que ese ente estaría conformado por 39 asambleístas delegados de cada mesa constituyente.
Por ello, para el politólogo Luis Verdesoto, el órgano sería “una reproducción de la Asamblea, pero más pequeña”. Es que, según él, la misma mayoría que opera en Ciudad Alfaro pugnará para que el “Congresillo” sea “una oficina productora de leyes orgánicas a su conveniencia”.
No obstante, el analista Carlos Vinueza considera que el número es lo de menos pues lo importante es que la imposición de dicho organismo no tiene ningún fundamento democrático o legal. A decir de él, la figura de “Congresillo” no está contemplada en ningún lugar y, además, “en Democracia, la ciudadanía votó para que los 130 asambleístas cumplan determinadas funciones. Pero ahora ellos quieren adjudicarse otras. Eso es atentar contra el mandato del soberano”, enfatiza.
Por esa razón, Gilmar Gutiérrez afirma que los miembros de su partido no serán parte del “Congresillo”. Además destaca que hasta el momento no conoce nada sobre la instauración del mismo o de las funciones que desempeñará, pero advierte que tampoco le interesa porque Sociedad Patriótica no intervendrá en el debate.
Una necesidad
Pese a esas observaciones, los analistas ven necesaria la presencia de un órgano legislativo por ser un componente esencial de la Democracia. Ellos advierten que, si esa función no existe, habrá un vacío en el sistema político ecuatoriano pues la Asamblea con sus Plenos Poderes cesó al Congreso anterior hasta que se realice el Referéndum.
Va porque va
El analista Carlos Vinueza, por su parte, se atreve a predecir que “el ‘Congresillo’ va porque va” pues la Asamblea ya se confirió atribuciones legislativas que no le competían ya que, agrega, su razón de ser era sólo la elaboración de un proyecto de Constitución.
La creación del “Congresillo”, sin embargo, no puede catalogarse como inconstitucional, a decir del politólogo Luis Verdesoto y, por tanto, no cabría una demanda. Aunque su instalación rebasaría los aspectos establecidos en el estatuto de la Constituyente, explica que la Asamblea puede aprobar una transitoria que dé paso a la formalización del órgano.
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