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Com.ilón

Manifiestamente mejorable

jueves 22 de julio de 2021, 13:05h
Cualquier madrileño aficionado a la cocina indostánica jurará sobre un montón de biblias que el restaurante visitado es el mejor de su especialidad no sólo en la Villa y Corte, sino en ambas Castillas. Naturalmente, la empresa , no sé si en hindi, dirá castizamente eso de "cría fama y échate a dormir". Y, por aquello de seguir la sanchopancesca vía del refranero, al menos habrá que decir que "quien tuvo retuvo", porque "no sélo de pan vive el hombre", no. Que hay congéneres que viven de la fama adquirida previamente, como sucede en el caso que nos ocupa.
Manifiestamente mejorable

03/10/2006

Y al comilón itinerante de guardia le tocó, por aquello de la proximidad urbana, el reencontrarse con algo de la cocina india. Y si le apuran -que tampoco hace falta-sabiendo a lo que iba, lo que da cabal muestra de la resignación y mansedumbre gastronómica de quien ve acercarse las tres de la tarde de un jueves de septiembre, con las tripas rugiendo y la obligación de dejarse caer por un restaurante, más o menos exótico, aunque con platos que no chocan al paladar occidental, ya de por sí globalizado.

Y esto es lo que uno pudo encontrar en el Mumbai Massala. Los habituales curries, en sus dos vertientes, al gusto indio (o sea, fogosamente picantes) o al gusto occidental.

Y luego, los platos preparados en horno tandoori (de barro y que se calienta por fuera y por dentro, lo que recuerda, sin serlo, al tradicional horno árabe y a uno de reducidas dimensiones que ha visto hacer a alfareros zamoranos). El tandoori, propio del Punjab y del Rajastan, cuece y/o asa, pollo, cordero, pescados, gambas y langostinos, especiados al modo tradicional.

También existe un menú vegetariano: samosa (empanadillas vegetales), pakora (verduras rebozadas en harina de garbanzo), y croquetas de espinacas. De lunes a viernes, al mediodía, menú cerrado por 13,75 €, incluyendo, dos platos, postre (sorbete) y bebida (vaso vino, cerveza o agua)…

En cuanto a la carta vinos: todas las principales denominaciones españolas están presentes, a base de tres/cuatro referencias por zona. Hay cervezas españolas y una india, Cobra (5º), de agradable paladar y que fue la bebida elegida por el com.ilón. Y puestos a despachar el trámite, en solitario, unas pakoras (sólo cuatro tenía la ración) y un sheekh kebab (dos rollitos de pan y cortes de cordero asado, ciertamente sabrosos, pero escasos, ya que estaban marcados a 11,75 euros más el 7% de IVA) y como postre (no había mucho donde elegir: sorbetes industriales, helado indio de pistacho y lo pedido), gulab jamun, dos bolas a modo de buñuelos dulces. Dos platos, postre y dos cervezas, que, en total, sumaron 32,96 euros, IVA incluido.

Y una sensación de hambre no satisfecha que obligó al com.ilón, dos horas y media después, a ingerir en una tasca próxima un tremendo bocata de tortilla de patata y cebolla.

Calificación:

Ambiente: *(el local está decorado terroríficamente al modo de las comedias musicales indias de Bollywood, y sólo falta que salga un actor a cantarnos aquel jingle "Delpita, pita del").
Servicio: ** (amable y diligente, aunque con uniformes al modo colonial ue no sólo conocieron mejores tiempos, sino que, además, necesitaban una urgente estancia en una lavandería)
Comida: ** (lo que ofrecen es genuino, pero escaso)
Precios:A la carta, si en lugar de cerveza se elige vino y se prescinde del café, la cosa se puede poner en 40 euros.

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