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Rajoy crítica de forma 'moderada' a la política del Gobierno socialista

“Hay que propiciar el consenso y evitar la crispación y los conflictos sociales”

“Hay que propiciar el consenso y evitar la crispación y los conflictos sociales”

· "Cuando se realice el referéndum ilegal de Ibarretxe, el Gobierno me tendrá a su lado"

domingo 13 de julio de 2008, 13:13h
Rajoy ha tenido la mano al Gobierno de Zapatero para afrontar los graves retos a los que se enfrenta el país, pero también le ha pedido máxima firmeza en política antiterrorista, lingüística y, sobre todo, medidas para afrontar la crisis económica. En la clausura del Campus FAES, en Navacerrada, Rajoy no sólo ha fijado sus posiciones ante el encuentro que mantendrá el próximo 23 de julio con el jefe del ejecutivo -"cuando se realice el referéndum ilegal de Ibarretxe, el Gobierno me tendrá a su lado", dijo-, sino que ha revindicado al PP como un partido de centro delante de José María Aznar.
Mariano Rajoy ha culminado este domingo su gira congresual clausurando el Campus FAES en su edición de 2008. Allí, delante de José María Aznar y de Marimar Blanco, que impartió la última mesa redonda, Rajoy ha fijado lo que parecen ser sus líneas maestras para el encuentro que el próximo 23 de julio mantendrá en Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero, también ha ‘marcado’ el territorio por el que se moverá el PP como ‘oposición leal’ y alternativa política  a lo largo de esta legislatura. De hecho, según ha sabido Diariocrítico, Rajoy ha convocado una reunión conjunta de los grupos del PP en el Senado y en el Congreso para el próximo 21 de julio, dos días antes de su cita con Zapatero.


Para la clausura del Campus Rajoy estructuró un discurso con tres partes muy diferenciadas: por un lado, la importancia de la FAES como fábrica de ideas –era el guiño amistoso hacia Aznar, con el que ha mantenido una cierta frialdad en el periodo congresual del PP-; por otro, la crítica a la situación actual propiciada por el Gobierno socialista, según él, pero ofreciendo ‘recetas’ para la crisis y tendiendo la mano al Ejecutivo para todo tipo de colaboración ‘leal’, y tercero, para reivindicar ante Aznar y la cúpula de la FAES el carácter centrista del PP, aunque dentro del liberalismo que propugna el ex presidente del Gobierno.

Respecto a la situación por la atraviesa España –y que estará presente en la conversación del próximo día 23-, Rajoy dijo que “cuando se realice el referéndum ilegal de Ibarretxe, el Gobierno me tendrá a su lado". En esos retos futuros habló también del “desbordamiento material de una justicia sin recursos y sujeta al zarandeo político de un gobierno que no oculta cuáles son sus verdaderas intenciones sobre ella”; del reto de la inmigración ilegal -que sólo se resuelve con un control exhaustivo de fronteras-; del derecho de todos al uso del castellano - "exigimos a los poderes públicos respeto a ser libres e iguales en el desarrollo de nuestra ciudadanía, en nuestro derecho constitucional a hablar la lengua de todos, que es el castellano" -, y, sobre todo, de la situación económica por la que atraviesa España.

 

Crítica dura, pero con mano tendida a Zapatero

 

En ese último punto, el económico, Rajoy llegó a pronosticar que estaremos aún peor: “lo veremos cuando se agudice la crisis y se desmientan las previsiones de un Gobierno que falseó la situación de nuestra economía antes de las elecciones, que siguió haciéndolo durante la campaña electoral y que, a día de hoy, sigue sin sincero al describirla”.

Para Rajoy. Los indicadores son ‘alarmantes’: se destruye empleo, los precios crecen descontroladamente, la escasa financiación destruye el desarrollo económico, el consumo está retraído, las ventas de automóviles descienden, la construcción inicia la caída vertigionosa, el sector servicios reduce su actividad, la recaudación del IVA desciende un 18 % y, en suma, “la crisis está afectando a todos los sectores y a todas las capas de la sociedad”.

 

Frente a este panorama negro, “hay que trasladar a los ciudadanos cuál es la verdadera situación económica y, a continuación, decirles que se tienen ideas, que éstas son las correctas para paliar los daños de la crisis y para reactivar nuestra economía”. Y, a partir de ahí, la colaboración con el Gobierno del Estado: “Cuando una crisis de enorme envergadura proyecta su sombra sobre el futuro, hay que propiciar el consenso y evitar los escenarios de crispación y conflicto sociales”.

Y la idea final que transmitirá, sin duda, a Zapatero: "Si hace eso nuestro Gobierno, estaremos a su lado. Si no, que se plantee colaboraciones, aunque también ofrecemos alternativas realistas para las necesidades de la gente".

La colaboración con el Gobierno ha estado presente en todo su discurso. Rajoy llegó a decir que “en mí, ya lo anuncio, el Gobierno encontrará siempre un apoyo leal si quiere pensar seria y responsablemente en los ciudadanos y sus problemas reales". Ahora bien, seguida de una advertencia: "No es bueno que el Gobierno equivoque las prioridades que necesita nuestro país y menos aún que lo haga de manera irresponsable buscando divisiones artificiales para distraer la atención y con objetivos exclusivamente partidistas", en clara referencia al laicismo, el aborto o la eutanasia. A su juicio, cuando hay una crisis de "enorme envergadura" hay que propiciar el consenso y "evitar los escenarios de crispación y conflictos sociales".

 

FAES, la I + D + i del PP

 

La primera y última parte del discurso de Rajoy estuvo destinado al ‘consumo interno’, o lo que es lo mismo, a definir la FAES dentro del PP y a éste como un partido inequívocamente de centro. En lo que se ha entendido como una adulación a Aznar por su macrofundación, Rajoy no ahorró halagos para el papel que realiza la FAES como ‘laboratorio de ideas’, un papel que deberá incluso aumentar en el futuro para “reformular y modernizar las ideas liberales en las que creemos los populares”.

Les ha pedido, en ese sentido, que profundizan en su trabajo, pero –y he ahí un importante matiz- “sobre todo ahora, cuando el Partido Popular afronta un nuevo periodo tras su congreso de Valencia”. En ese punto, pidió a FAES que haga “un esfuerzo para seguir abriendo el angular del debate y la reflexión”, porque –y he ahí un nuevo halago- “sois nuestro laboratorio de ideas, nuestro departamento de I + D + i, y el PP necesita vuestras aportaciones”.

El PP, como un partido de centro

Ahora bien, en la parte final de su discurso Rajoy habló claramente delante de Aznar de lo que él quiere que sea el PP a partir de ahora: un partido en el que los cambios y la renovación de equipos que ha llevado a cabo en las últimas semanas –tras el XVI Congreso Nacional de Valencia- obedecen a la necesidad de "mejorar sus mensajes y propuestas", pero sin renunciar a sus principios y valores. "Somos un partido de centro que reivindica la moderación y el sentido de la responsabilidad", le ha dicho claramente Rajoy a Aznar.

Hay que recordar que hace tan sólo unos días Aznar advirtió en una entrevista en Telemadrid que renovar un partido es “añadir y no eliminar” y resaltó que una formación política fuerte se hace integrando y no disgregando.

En lo que parece una respuesta a esos planteamientos, Rajoy definió al PP de esta nueva etapa como un partido independiente, de centro, que reivindica la moderación y el sentido de la responsabilidad, que defiende la España constitucional, cree en el Estado de las Autonomías, que considera que con el terrorismo no se negocia políticamente sino que se le derrota y, en definitiva, al que los españoles puedan ver “como la solución a los problemas si falla el Gobierno a la hora de dar respuesta a sus necesidades”.

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