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Aznar-Rajoy: ni afecto, ni tensión

Aznar-Rajoy: ni afecto, ni tensión

domingo 13 de julio de 2008, 13:34h
Rajoy y Aznar escenificaron esta mañana la 'paz' entre ambos con un abrazo y la coincidencia en sus discursos, durante la clausura de los cursos de verano de la FAES en Navacerrada (Marid).
En su primer encuentro público tras el congreso del PP en Valencia, José María Aznar y Mariano Rajoy estuvieron juntos, y casi revueltos, en la clausura del ‘campus’ de verano de la Faes, la Fundación que preside el ex presidente del gobierno y que cada verano clausura su sucesor al frente del partido, es decir, Rajoy. Hubo apretones de manos para la prensa (gráfica, que a la literaria no le hicieron ni caso) y hasta conatos de abrazos y bromitas, de esas a las que tan aficionado es Aznar y tan poco Rajoy. Es tan patente que no hay afecto entre ellos como que tampoco hay ya, a estas alturas, grandes tensiones. No estaban, en el acto de clausura en Navacerrada, algunos de los `pretorianos’ marianistas menos queridos por el ‘ala dura’ del Partido Popular, cierto; pero tampoco hubo alfilerazos mutuos. O, al menos, mucho habría que interpretar algunas frases, como las dedicadas por Rajoy a la nueva era del partido ‘de centro’, o las de Aznar referentes a los “entusiastas del apaciguamiento”, para intentar encontrar roces o sarcasmos. No los hubo en el acto de clausura de la escuela de verano de la FAES, donde el sábado hubo algunas intervenciones duras en defensa de las víctimas del terrorismo que no han acabado de gustar al ‘aparato’ de Génova, siempre atento a cualquier intento de desmarque en el seno de la formación conservadora, o de centro, como insiste Rajoy.

“Aznar se ha portado bien”, dijo, casi con alivio, una fuente del PP oficial. Lo cierto es que el ex presidente no quiso hacer un discurso que estuviese en su línea, y trató de disipar la mala impresión suscitada por sus declaraciones de hace unos días a Ernesto Sáenz de Buruaga en Telemadrid, unas declaraciones en las que se podían descubrir veladas alusiones de disconformidad con la línea de Rajoy.

Esta vez no: como se esperaba, y como tantas veces se ha dicho en este periódico en las últimas semanas, Aznar y Rajoy escenificaron la escena del sofá. Quién sabe si, en el fondo y en la intimidad de sus relaciones políticas, se llevan bien o mal. Lo que sí es seguro es que no van a demostrar ninguna de las dos cosas. Rajoy es ahora el líder (se encargó de decirlo en su discurso) y seguramente a José María Aznar no le queda otro remedio que reconocerlo.
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