Ibarretxe compareció ante el magistrado-instructor, Roberto Sáiz, en calidad de imputado, al considerar que podría haber actuado como "cooperador necesario" para que Batasuna cometiera un delito de desobediencia al reunirse con el partido ilegalizado el pasado 19 de abril.
La declaración se prolongó durante hora y media, y el lehendakari respondió a las preguntas del juez de la Sala Civil y Penal del TSJPV y de la fiscal-jefe del alto Tribunal vasco, aunque rechazó contestar a las preguntas del representante legal del Foro de Ermua.
Aunque Ibarretxe todavía no ha revelado cuál fue el contenido de su testimonio ante el TSJPV, el letrado de la acusación particular dijo que éste contestó las preguntas del juez y el ministerio público "de forma más bien elusiva", pero "sí ha reconocido que se ha reunido con Batasuna" el 19 de abril "y también en otras ocasiones".
Por ello, anunció que ampliará su querella por supuesta desobediencia prevista en el artículo 556 del Código Penal, no sólo para el lehendakari, sino también para los dirigentes de la formación abertzale que estuvieron presentes en otros encuentros, aún sin determinar.
Por el momento, sólo se tiene constancia formal de que en la entrevista del 19 de abril participaron los también imputados en la causa: Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena, aunque se desconoce quienes fueron los miembros de la formación abertzale que se reunieron con Ibarretxe en las otras ocasiones hoy confirmadas por el lehendakari.
El abogado señaló que Juan José Ibarretxe ha afirmado que "conoce la sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe toda actividad de Batasuna", por lo que, "desde un punto de vista jurídico, al margen de lo que sean las cuestiones políticas, la comisión del delito es bastante clara".
"Si Batasuna tiene prohibida toda actividad, si esta reunión supone, como nadie duda, una actividad de Batasuna y si ha sido el lehendakari el que ha hecho posible que se produzca esa actividad de Batasuna, es obvio que es cooperador de un delito de desobediencia que cometen, en primer lugar, los miembros de Batasuna y él, como cooperador necesario", agregó.
Asimismo, precisó que el lehendakari ha asegurado que "es su obligación" entrevistarse con todos los partidos, y que el objetivo de sus reuniones con Batasuna y con otras fuerzas políticas, es "conseguir una solución al conflicto vasco", que el Foro de Ermua cree que se trata "más un conflicto criminal que otra cosa".
Fernando García-Capelo lamentó que el máximo representante del Ejecutivo autónomo se haya negado a responder a sus preguntas y haya acusado al Foro de Ermua de "no haber hecho nada bueno para esta sociedad" y de hacer imposible "la convivencia".
"Que eso se lo digan a una persona que representa a una asociación cívica, que ha estado hostigada sistemáticamente y no se lo digan, por ejemplo, a Batasuna, que, como ha dicho el Tribunal Supremo, está controlada por ETA y es parte de ETA, como también ha dicho la Audiencia Nacional y tiene casi 900 muertos casi a sus espaldas, resulta, por lo menos paradógico", señaló.
En su opinión, ello "denota bien cuál es la situación en la que estamos ahora mismo". "Quienes defendemos la Ley y acudimos a los tribunales para que se cumpla lo que nosotros creemos que es de cajón y obvio, resulta que somos las personas con las que no se puede convivir. Entiendo que eso significa que es la Ley la que hace imposible la convivencia. ¿Es eso lo que quiere decir el lehendakari?", preguntó.
En esta línea, aseguró que el hecho de que no haya contestado a sus preguntas por estos motivos "ha sido una actuación que deja muy en entredicho su supuesta voluntad de diálogo con todos". "Parece que es mejor dialogar con Batasuna que con asociaciones cívicas que jamás en la vida hemos utilizado la violencia y que todo lo que hemos hecho ha sido utilizar la Ley y expresiones absolutamente democráticas, como son manifestaciones, como la que hemos convocado en Madrid para el día 3 de febrero" bajo el lema "Por la libertad, derrotemos juntos a ETA, no a la negociación".
A su juicio, "jamás la aplicación de la Ley ni el acudir a los tribunales puede impedir la convivencia ni impedir que llegue la libertad a un país, que es lo que necesitamos, paz tenemos desde hace mucho y aquí lo que nos falta es libertad".
Sobre la reacción de los concentrados en el Palacio de Justicia de Bilbao para arropar al máximo representante del Ejecutivo, que abuchearon e insultaron a los miembros del Foro de Ermua, Fernando García-Capelo indicó que era "la esperable, pero lo que no es esperable es que un Gobierno, un poder ejecutivo, lleve a cabo un acto público a la puerta de un Juzgado o de un Palacio de Justicia, cuando está siendo interrogado uno de sus representantes".
"Es una extralimitación absoluta, una ruptura de las líneas que separan los poderes y, por tanto, el Gobierno vasco ha demostrado, obviamente, que esa independencia de los poderes judiciales, ejecutivo y legislativo no va con ellos", subrayó. En esta línea, recordó que "el lehendakari es un ciudadano como cualquier otro que ocupa un puesto dentro de la Administración".
Fernando García-Capelo realizó estas declaraciones en el Hotel Abando de Bilbao, acompañado del vocal de la Junta directiva del Foro de Ermua, Antonio Aguirre -expulsado del PSE-EE- y de dos miembros de la plataforma Dignidad y Justicia, que "apoyan" la querella contra el lehendakari y los representantes de Batasuna, así como la manifestación convocada en Madrid para el día 3.
La comparecencia y los apoyos
Ibarretxe tenía prevista su declaración a las nueve y media de la mañana y abandonó el edificio judicial, junto con todos los miembros del Gobierno vasco a las once menos cinco de la mañana, entre gritos de valiente, 'aurrera' (adelante), o "gora lehendakari' por parte de los ciudadanos concentrados. El lehendakari que cruzó las manos en alto en señal de agradecimiento, se reunió con su mujer que le esperaba en el exterior, y saludó y abrazó a todos los consejeros del Gobierno vasco.
La declaración de Ibarretxe se produce un día después de que comparecieran ante el mismo tribunal los dirigentes de Batasuna, Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena, que fueron citados a declarar como imputados por un supuesto delito de desobediencia previsto en el artítulo 556 del Código Penal. Los representantes de la formación ilegalizada se negaron a responder a las preguntas del magistrado instructor, Roberto Sáiz, de la Fiscalía y del abogado del Foro Ermua, Fernando García-Capelo.
El lehendakari llegó a las nueve y veinte de la mañana, acompañado de su mujer Begoña Aguirre, a las inmediaciones del Palacio de Justicia, donde se concentraban desde primera hora, bajo una incesante lluvia, varios centenares de ciudadanos, que le recibieron con aplausos y gritos de 'aurrera' (adelante).
Ibarretxe estuvo también arropado por todos los consejeros del Gobierno vasco, a quien saludo uno a uno. Junto a ellos, quisieron expresar, con su presencia, su apoyo al lehendakari distintos miembros de las Ejecutivas del PNV, EA, EB, y Aralar.
El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, a quien se dirigió Ibarretxe para saludarle, encabezaba la delegación jeltzale, en la que también se encontraban Iñigo Urkullu, Joseba Egibar, Iñaki Guerenabarrena, así como el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, la presidenta del Parlamento vasco, Izazkun Bilbao, el ex presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el presidente de la Fundación Sabino Arana, Juan María Atutxa.
Al Palacio de Justicia también se desplazaron miembros de EA, encabezados por Unai Ziarreta, entre los que se encontraban Begoña Lasagabaster, Rafa Larreina, el juntero Jose Ramón Larrinaga y Joseba Azkarraga en calidad de consejero de Justicia. En representación de EB, se encontraban Javier Madrazo, Mikel Arana, Oskar Matute, Antton Karrera y, por parte de Aralar, su parlamentaria, Aintzane Ezenarro.
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