Con este anuncio y en la forma que se ha hecho, cabe destacar que la ministra no ha tenido que pasar por el Consejo Superior de los Ejércitos, que aglutina a todos los tenientes generales, y solamente lo ha comunicado al Rey. Tras sus conversaciones con José Luís Rodríguez Zapatero, se fue a la Zarzuela antes de anunciar el relevo. El segundo asunto a destacar es que se ha respetado la costumbre, que no norma, de alternar en el cargo de JEMAD a tenientes generales de cada uno de los ejércitos. Tocaba el Ejército del Aire, y José Julio Rodríguez, hasta ahora Jefe del Mando de Apoyo al Material del ministerio de Defensa, ha sido el designado. No se trataba de crear tensiones gratuitas.
Pero cada uno de ellos, como en todo, y según fuentes del entorno de Defensa, tiene su aquel. José Julio Rodríguez, contra lo que se rumoreaba estos días, no perteneció la Unión Militar Democrática (UMD) como algunos han pretendido intoxicar no se sabe muy bien porqué. Si puede afirmarse que estuvo en unas listas de los posibles a captar, pero que no fue contactado.
Y también debe decirse que siempre fue un militar que, desde capitán apoyó, y de qué manera en situaciones difíciles, la transición a la democracia y el régimen de libertades. Por ejemplo, en el 23- F estaba destinado en la base de Manises (Valencia), unidad que no se sumó al golpe porque un grupo de capitanes, entre ellos él, que juego un papel arriesgado, lo evitaron, así como el jefe de la base que dijo a los golpistas que tenía un avión a cabeza de pista para que detuvieran el avance de los tanques.
Fulgencio Coll, de la XXV promoción de Infantería fue siempre un hombre con grandes inquietudes y así lo demostró en Gerona cuando le asignaron una responsabilidad nada “espectacular” para su espíritu militar, como la sección de educación social de los soldados y lo hizo con tanta eficacia y ánimo, que recibió felicitaciones. Estuvo en el Estado Mayor de Barcelona y mandó las tropas españolas en Irak hasta que le ordenaron la retirada.
Ahora era responsable de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y no daba excesiva importancia, según dicen fuentes próximas a su entorno, algunos comentarios como que mandaba a los “bomberos militares”.
En cuanto a José Jiménez Ruiz, fue ascendido a teniente general hace poco en una jugada de alcance para luego promocionarle hasta JEMA, mientras que para Carlos Rebollo, hombre de gran prestigio que inició su carrera en la Armada de marinero puro y duro, era su última oportunidad. Como segundo Jefe de Estado Mayor de la Armada, era vicealmirante por lo que en el mismo Consejo de Ministros que el nombró AJEMA, tuvo que ser ascendido a almirante. También se mantiene cierta tradición en este caso.
En todo caso, todos ellos “han pisado moqueta” en Defensa, como dicen fuentes de los ejércitos, siempre algo críticos con quienes ascienden y se mueven en ese entorno, pero lo han hecho en los últimos tramos de su vida militar, y por el contrario han pasado por experiencias de “primera línea” en sus empleos anteriores.
En cuanto a los que se van, existe la incógnita del futuro del anterior JEMAD, el general Félix Rodríguez Sanz, para quien la ministra anunció nuevas responsabilidades. Se habla de que se encargara de la cuestión de la Seguridad Europea pero hay quien se pregunta desde que puesto. Otras fuentes apuntan a la posibilidad de que sea nombrado, no por su cargo sino a título personal, Consejero de Estado. Otra cosa que ha extrañado a algunos es que se relevase a Carlos Villar al que quedaban todavía dos años de futuro en el cargo.
En todo caso llegan cuatro nuevos generales de cuatro estrellas, insignias reservadas para los Jefes de Estado Mayo (JEMES) – el de capitán general está reservado para el rey – y estos se denominan generales de Ejército y Almirante General de la Armada. La OTAN tuvo la culpa porque en eso del estrellato, nuestras Fuerzas Armadas, en esos niveles, por lo visto andaban escasas de número de estrellas.
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