Moratinos y Rajoy, 'anfitriones por accidente' de Obiang

Desde 1990 no visitaba España de forma oficial el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema. Entonces, con el Gobierno socialista de Felipe González, ya hubo marejada con su visita por diversas cuestiones. España no comprendió nunca la actitud del dictador, que, después del dinero gastado por España en Guinea y de experiencias costosísimas y fallidas como la del Guinextebank, se pasó al área francófona. Las relaciones fueron de mal en peor, pero ahora hay gran dosis de petróleo en aquel país... y contratos –posibles- suculentos.

Sin embargo, la visita de Obiang se inició mal. El dictador llegó el martes a Barajas, pero lo hizo de forma ‘privada’, lo que no obliga a que el Rey Don Juan Carlos le tuviera que estar esperando a pie de escalerilla. Sólo lo hizo el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Luego, este miércoles tenía que haber visitado, ya de forma oficial, el Congreso de los Diputados y firmado en su Libro de Honor, pero el malestar reinante en la mayoría de los grupos parlamentarios aconsejó a última hora del martes suspender esta visita.

Parece que, en forma de desagravio, la oficina de prensa del PP anunció en la mañana de este mismo miércoles que su jefe de filas, Mariano Rajoy, se encontraría con el dictador en el hotel Ritz. El encuentro –con foto incluida- era muy complicado, por lo que el portavoz de exteriores de partido, Jorge Moragas, tuvo que salir al quite para explicar que lo había hecho Rajoy era decirle a Obiang que tenía que democratizarse y respetar los derechos humanos.

Y, finalmente, ha tenido que ser el canciller español, Moratinos, el que quite hierro al asunto en una comparecencia conjunta con su homólogo ecuatoguineano, Pastor Michá, y conforme en cierta medida a la delegación de aquel país. El petróleo anda por medio, y Moratinos llegó a defender el diálogo con Obiang frente a los que buscan la ‘desestabilización de su régimen’. Su homólogo ecuatoguineano, complacido, daría luego un "sobresaliente" en derechos humanos a su país si se le compara con el entorno africano.

"La única manera es dialogar, es encontrarse, es construir juntos, es mejorar la relación en el campo político, de inversiones y el campo cultural. ¿Hay otra manera, hay otra alternativa? Si me la dicen, la asumiré. Pero yo no lo encuentro. No creo que desestabilizando un país o un régimen podamos mejorar la relación. La única manera es con actos, decisiones y resultados", llegó a decir el jefe de la Diplomacia española. Un tono evidentemente conciliador.

Moratinos admitió que se trata de una visita "un tanto apasionada", aunque añadió que lo que quiere el Gobierno socialista es llegar a Guinea Ecuatorial "con un mensaje de modernidad, defensa de valores y principios" que permita "reforzar sus relaciones en todos los ámbitos". Y en este punto, nuestro canciller hizo hincapié en que hay dos objetivos aplicables a la antigua colonia española.

El primero es "defender valores y principios políticos, es decir, ayudar, acompañar, incentivar, motivar a un país como Guinea a avanzar en el proceso de democratización y defensa de los Derechos Humanos". El segundo es defender los intereses españoles en Guinea Ecuatorial con una "mayor presencia, no con ausencias". Por ello, insistió en que esta es la "única manera de construir una relación histórica como la que tiene España con Guinea Ecuatorial".

En definitiva, que Moratinos rechazó la idea de "ignorar o dar la espalda" al único país africano de lengua hispana. "Al final del recorrido, se recordará esta visita como un punto de inflexión importante en las relaciones entre Guinea Ecuatorial y España".

Previamente había mantenido un almuerzo privado con Obiang, en el que también estuvo presente el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, así como la de representantes de Coalición Canaria y el PSOE, mientras que CiU le manifestó su voluntad de "mantener" el diálogo con el Ejecutivo de Malabo.

Por su parte, Pastor Michá aprovechó para insistir en que su país se siente "muy próximo" a España y aclarar que la visita de Obiang "no es para pedir, sino para consolidar las relaciones, que no son coyunturales sino históricas y estratégicas". El ministro ecuatoguineano insistió en que su país conoce una "nueva realidad" ya que es el país africano que más ha crecido económicamente en los últimos diez años. "Para nosotros, no es lógico que el único país de lengua y cultura hispana en África conozca tanto desarrollo y que no haya ni una empresa española", constató.

Una frase gloriosa de Michá: "En democracia, Derechos Humanos, si hay que ponerle una nota, hay que ponerle sobresaliente (a Guinea Ecuatorial) con respecto a muchos países de nuestro entorno geopolítico".

Y una ‘invitación’ con segundas: Michá anunció que Obiang trasladó a, presidente del Congreso, Manuel Marín, una invitación para que una delegación parlamentaria española visite Guinea Ecuatorial, pues "se habla mucho sin saber dónde está" el país en la actualidad. Una clara insinuación contra los diputados que tanto protestaron a lo largo del martes.