El comandante de los pobres, a 27 años de su muerte

Los políticos ‘sacaron al santo a la procesión’, unos con autenticidad y otros como una bandera electoral.  Los miles de panameños que sintieron su presencia en el cambio profundo de sus vidas, extrañan su forma de gobernar, al lado de los más necesitados. El general Torrijos, una mezcla de mula y tigre según Gabriel García Márquez, dejó en el continente una sensación apacible de ser humano controversial, pero de principios.

Para los panameños es el autor de la recuperación de la soberanía, después de lograr la firma de un tratado que devolvió la zona donde funcionó el Comando Sur y el Canal de Panamá.  James Carter, el presidente norteamericano que fuera su contraparte en esa odisea diplomática, confiesa que lo extraña y que era su amigo.

Torrijos debió aplacar el estilo dictatorial que empañaba su gestión, rodeado como estaba de militares con tradicionales agendas, incorporar la presencia del sector privado, devolverle a los partidos políticos su capacidad de ser gestores sociales y dejar a los sectores secularmente privados de participación de estructuras donde pudieran insertarse como actores.

Para muchos panameños el torrijismo es un recuerdo romántico, que ni siquiera su hijo, el actual presidente de Panamá, ha logrado o querido implantar.  Ya casi no quedan líderes o dirigentes de la época de su mandato, y la juventud apenas tiene noción de las verdades históricas ligadas a las luchas sociales.  Casi ningún joven sabe qué es la gesta del 9 de enero, donde 23 panameños perdieron la vida enfrentando al ejército norteamericano, y que decantó para siempre la lucha soberana.  Y el lapso histórico entre 1976 y 1981, cuando Torrijos procuró cambios sociales profundos que hoy sustentan la presencia de las clases populares, no es parte de la memoria histórica de los panameños.

Ayer pudo ser un hito histórico, pero fue una efemérides más en la agenda social de los panameños. La conmemoración verdadera se mide en hechos y conquistas sociales, en la profundización de los cambios hacia la equidad.  El lunes la memoria de Torrijos volverá al mausoleo, a esperar otro 31 de julio.