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La factura que paga Evo Morales

La factura que paga Evo Morales

lunes 11 de agosto de 2008, 01:59h

La factura que está pagando Evo Morales, es una de las primeras de una larga lista que vienen en un futuro no muy lejano, son el resultado de un trabajo que el propio Evo Morales es autor material y en algún caso intelectual. El caos social en el que vive Bolivia es sólo una pequeña porción visible de la crisis de Estado en el que está sumergido el país más pobre de Sudamérica. Evo Morales se dedicó a ultrajar el estado de derecho y principalmente el derecho a reclamo ciudadano y lo convirtió en una forma de gobernar.

Hoy los que tienen el poder en Bolivia son lo que cortan rutas, hacen piquetes, toman instituciones públicas y hasta aeropuertos internacionales, pero cómo se les puede retar, cuando el que enseñó esta forma de lucha fue el mismo presidente Morales.

Morales creyó que destruyendo todas las instituciones democráticas, podía ser más fuerte. Destruyó lo que costó años conseguir y ahora no tiene un camino democrático y legal para avanzar. Bolivia se encuentra sumida en la más temible crisis de Estado, el principal responsable es él mismo.

El referendo revocatorio nació muerto, oliendo a podrido y tiene además del presidente Morales a un responsable: José Luis Exeni, presidente de la Corte Nacional Electoral, allegado a Morales, afín al partido gobernante. Este comunicador de profesión, logró quitarle la imparcialidad al organismo electoral y arrebatarle la confianza de los bolivianos. Los hechos irregulares dentro de la Corte: denuncias de fraude y la cantidad de problemas en el padrón electoral son moneda común y parece que todo debería ser así. Exeni logró que la Corte Nacional sea otro referente político y dependiente de las órdenes de Evo Morales.

Pero los que creen que los resultados de este referendo llevarán calma a los bolivianos, están equivocados, este referendo poco claro y con grandes vicios legales servirá para que tanto oposición como oficialismo encuentren nuevos puntos de lucha.

Desde esta columna siempre se llamó a la cordura y a la resistencia dentro de los marcos legales y democráticos establecidos, la toma de aeropuertos o de instituciones nacionales son ilegales y tienen que estar condenados desde todo punto de vista. Pero terminan siendo el último recurso de acción de grupos civiles que no encuentran una oposición política seria y creíble, no existe una persona o grupo político que logre unificar el reclamo generalizado en contra de Morales y sus políticas autoritarias y pseudo comunistas.

Las luchas regionales tuvieron su punto más alto y positivo con la votación de los estatutos autonómicos, la población demostró que dentro de los marcos democráticos se puede reclamar y estar en contra de un plan autoritario cuasi dictatorial de Evo Morales, y cuando parecía que se recomponía un equilibrio saludable, la incompetencia, ignorancia y estupidez de Jorge Quiroga y PODEMOS dieron paso a lo que hoy tenemos en la cartelera principal: un referendo revocatorio.

Evo Morales pretenderá apropiarse de victoria electoral ( estoy seguro que no será revocado) para llevar esta votación a una legitimación de la constitución ilegal que se cobró la vida de varios bolivianos y que se encuentra en el cajón presidencial a la espera de aprobación por el congreso de la Nación, es posible que esta votación sea la prueba B de aquella encuesta que mostrara semanas atrás comentando que 7 de cada 10 bolivianos quieren socialismo puro en Bolivia. Obviamente que llevar la votación del referendo revocatorio a lecturas paralelas es ilegal pero somos conscientes que la ilegalidad no es algo que a Evo Morales le quite el sueño: "yo le meto por más que sea ilegal. Después les digo a los abogados: «Si es ilegal, legalicen ustedes, ¿para qué han estudiado?" es la frase del año del presidente boliviano.

Bolivia necesita de la responsabilidad de sus políticos, la inteligencia de su oposición, pero por sobre todo de la memoria de sus gobernantes. Bolivia ha marcado en varías páginas de sus historia, capítulos de grandes populistas, aclamados por miles quienes creyeron que eran los únicos que podían salvar al país. Estos caudillos olvidaron que la democracia y sus instituciones son la base de un verdadero cambio. Evo Morales es el nuevo caudillo, que no se olvide que la democracia real está basada en instituciones y que pretender lo contrario es dictatorial y totalitario.

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Martin P. Gutiérrez M.C.M.

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