Las medallas se hacen de rogar pero deben llegar

¿Las medallas dónde están? ¿dónde están las medallas? Son las preguntas que mucha gente empieza a hacerse con algo, o mucho, de inquietud. Con algo o mucho de razón. Más que nada porque se han cantado en exceso nuestras virtudes deportivas, que son reales, y para más inri abrimos el primer día de los Juegos con el oro de Samuel Sánchez, y el segundo con el bronce de José Luis Abajo en esgrima. Y desde entonces no hemos rascado metal alguno. Pero, por ahora, no es lógico preocuparse; lo normal es que acaben llegando.

Porque tampoco hemos fallado en ninguna de las más claras opciones a presea que teníamos. Alberto Contador, que la rozó en contrarreloj, no estaba entre los favoritos. Su diploma y el del propio Samuel Sánchez, como algunos otros en judo con Leire Iglesias , natación con Wildeboer y piraguismo con Ander Elósegui, ya es en sí una buena clasificación, aunque no tan vistosa ni tan mediática como la medalla.

Porque la mayor parte de todas esas grandes opciones o no han comenzado o están en pleno desarrollo de las eliminatorias y su desenlace final llegará en la próxima semana delos Juegos. El primer caso corresponde a David Cal en piragüismo, Paquillo en marcha, Gemma Mengual en sincronizada, Gómez Noya en triatlón, Marta Domínguez y alguna otra más en las pruebas de atletismo, Joan Llaneras en ciclismo en pista y José Antonio Hermida y Marga Fullana en montaña, y las chicas de la gimnasia artística.

Y el segundo a otros que de forma individual o colectiva están avanzando en las competiciones respectivas de cara a las finalísimas. Como Rafa Nadal en tenis y Gervasio Deferr en gimnasia, las diversas categorías de la vela -que si acabara ahora nos garantizaría dos bronces-, las de la hípica y la doma, las de los equipos de baloncesto -masculino y femenino-, balonmano, waterpolo y gimnasia rítmica. Si a ello le añadimos alguna sorpresa positiva que siempre hay, el panorama no es desalentador, sino todo lo contrario. De modo que es pronto para desesperar y preguntar por dónde están las medallas. Ya llegarán.