¿Viveza criolla?

En el trasnochado cierre de la Asamblea, con parte de la oposición ausente y  con los “disidentes” acorralados, se le puso como colofón al proyecto de Constitución una serie de “disposiciones transitorias”.

La más importante aborda el tema “de la transición institucional”, es decir, la que tiene como centro la creación de una Comisión Legislativa, que cumplirá las funciones de la futura Asamblea Nacional (Congreso), hasta que ésta sea elegida y posicionada.

La Asamblea se reunirá cinco días después de aprobado el proyecto de Constitución, “para conformar la Comisión Legislativa y de Fiscalización procurando mantener la proporcionalidad política que tuvo el plenario de la Asamblea Constituyente”.

Si descontamos a muchos asambleístas de oposición que el pasado 25 de julio dieron por terminado su trabajo, tendremos una Comisión con una representación oficialista abrumadora.
 
En esas transitorias se dan plazos no sólo para las elecciones generales y para la aprobación de un paquete impresionante de leyes, entre ellas la “ley reguladora de la Función Judicial, del Consejo de la Judicatura y la que regula el Consejo de Participación Ciudadana y de Control Social”. El colegislador, léase el presidente Correa, enviará esos proyectos de leyes para que su Comisión Legislativa los apruebe.

No están errados quienes exigen que esas normas de transición deben pasarse por alto en el referéndum. Y es que con ellas, entre otras cosas se conjurará alguna remota y casi imposible “eventualidad desagradable” en las elecciones. ¿Acaso será exagerado decir que se institucionalizará una dictadura perpetua?