La cúpula del PSC se halla inmersa en cábalas. Por una parte tiene las elecciones municipales de mayo y por otra los socialistas catalanes apuestan por que los compañeros del PSOE adelanten las elecciones generales, y no quieren que les pille por sorpresa.
De hecho, las fuentes socialistas catalanas, que tienen línea directa con el vértice del PSOE y con los fogoneros del Gobierno en Madrid, apuestan por que la legislatura -contra lo dicho por Zapatero- se acorte ligeramente.
La convocatoria ordinaria debería hacerse en marzo. La fecha de las elecciones generales sería, pues, en noviembre, según ha podido saber este diario. En este sentido, los socialistas catalanes piensan apretar el acelerador en dos direcciones. La primera es la renovación de las caras y los dirigentes de la organización en Cataluña y la siguiente es dar la batalla de las actuaciones sociales, especialmente en obra pública.
En este sentido los mentideros afirman que Montilla, siempre cauto y parco en palabras, no está del todo satisfecho con lo que se consideraría falta de diligencia del ministerio de Fomento, especialmente por lo que respecta al AVE.
CiU no entrará en el Gobierno a corto plazo
La situación actual de CiU: sin poder legislativo en Cataluña y con una posición sin definir en la política española, hace que los máximos responsables socialistas consideren que el partido de Mas y Duran “lo tenga crudo”.
Las elecciones municipales serán un test en este sentido y las localidades de Sant Cugat y Tarragona, la prueba del nueve. No obstante, en el gobierno catalán se afirma que el PSOE no piensa dar entrada a CiU, por lo menos a corto plazo, y que en caso de que hubiera un pacto entre nacionalistas moderados y socialistas españoles, la situación de CiU no sería fácil porque el acuerdo invalidaría a la federación nacionalista de hacer oposición en Cataluña.
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