El sueño de Denver

En el estadio de Denver puede haber nacido una esperanza de regeneración para el mundo entero, no sólo para los Estados Unidos, si se tiene en cuenta el liderazgo de esa nación. Las evocaciones a John Kennedy y Martín Luther King, que podrían parecer exageradas, están calando ya en la conciencia del buen pueblo americano y están impactando fuertemente en el electorado demócrata. Pienso que la capacidad de ilusionarse no se ha perdido en una buena parte del gran país americano, lo mismo que en tiempos de los dos grandes personajes históricos, pero próximos, que acabo de mencionar. De momento, el candidato demócrata, Barack Obama, ha anudado bien la unidad de su partido y el comportamiento del matrimonio Clinton está siendo ejemplar, al poner al partido y al país por encima de sus intereses personales. En España, se vislumbra también la esperanza y la ilusión en la opinión progresista y en grandes sectores de los españoles en general.

El cambio, la "Nueva Frontera", el sueño americano... son palabras y conceptos que forzosamente tienen que encandilarnos a todos los que creemos en aquello de que "otro mundo es posible", en las diversas gradaciones de esa maravillosa idea, gradaciones que tienen mucho que ver con la actitud de cada uno ante el llamado sistema. Muchos de los que lo repudian lo hacen pensando solamente en sus excesos y en sus grandes defectos, pero no en las creencias básicas en la democracia política y social, en las aspiraciones a la igualdad, en el respeto riguroso a los derechos humanos, en la fe en la vocación pacífica de la inmensa mayoría de los componentes del género humano...La herencia o la semilla dejada por Kennedy (la "Nueva Frontera") y por Luther King ("He tenido un sueño") son asumidas por Obama en torno al más común concepto del "cambio" que estuvo también en el centro del triunfo clamoroso de Felipe González hace 26 años. Ya sé que todo esto resbala a los neo o ultraliberales, a los que hago una  llamada para que se percaten de que en esta vida hay cosas mucho más nobles que las que les mueven.