Más basura ideológica, igual de inútil e inservible, buena para nada, arcaica y precaria copa el catálogo de donativos electoreros del debilitado régimen, del desatinado líder de esta alucinación tropical, desasosegado y vulnerable ante la evaluación popular que se avecina y promete pasarle factura.
La nueva bazofia adoctrinante tiene carácter de permuta. Pretende cambiar malo por peor. El régimen la oferta en sustitución de otros absurdos-fallidos inventos cubanoides, improductivos, vendidos los venezolanos a precio de oro (negro). Expertos calculan en 5 mil millones de dólares el subsidio anual de Caracas a La Habana y en aproximadamente 20 mil millones de dólares lo regalado en 10 años a distintos países "amigos" de la revolución.
Así los cacareados gallineros verticales (nunca pusieron en la canasta básica del soberano ni medio huevo frito) ahora son reemplazados por la avicultura comunal. ¡Cosa más grande! La muy "originaria" revolución bonita, con la misma procedencia y etiqueta de instrucciones, nos encasqueta esta Alternativa Bolivariana, que algunos ingeniosos productores podrán compartir o alternar con la cría de conejos, eso sí, con límites de producción para que el proyecto sea socialista.
Pero esto no se queda aquí, pitiyanquis. Los pitifidelistas seguirán asombrando con sus avances científicos e inventos tecnológicos endógenos. En efecto, por la insabora ruta de la empanada, otro indigesto fracaso importado del mar de la felicidad, nos quieren atapuzar un cucurucho de patacones.
Tienen también planes para sustituir los salva-patria desarrollos endógenos. Prometieron masificarlos como hicieron con el dengue pero no están por ningún lado. En algunos casos se marchitaron como las cooperativas. En otros naufragaron en la ciénaga como las Empresas de Producción Social. ¿Y los cultivos organopónicos? Se los llevó la corriente, Guaire abajo. Los arrastró al séptico de la historia. Pero calma, camaradas, llegan triunfales, redentoras, las comunas socialistas. ¡Na´ guará!
Esta revolución es de pacotilla. Lo que promete es puro gamelote. Nada funciona ni produce ni genera bienestar. En su propósito destructor enaltece y promociona los antivalores. Desestimula la iniciativa y el esfuerzo. Promueve el conformismo, ociosidad y sumisión. Combate la independencia y libre albedrío de la sociedad. Aúpa el centralismo. Niega derechos y libertades fundamentales y exalta el personalismo totalitario.
Se necesita cinismo para negar lo mucho que hizo la democracia, con sus imperfecciones y abusos, en materia de salud. Sólo por citar algunos ejemplos en Caracas: J.M. de los Ríos, Pérez Carreño y Domingo Luciani. Y, en Miranda, los hospitales generales de Guarenas, Valles del Tuy y Los Teques. Que, por lo demás, los dejó deteriorar este régimen inepto y farsante.
Miguel Sanmartín
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