Los panameños han pasado a ser un modelo latinoamericano

La fachada de esa avenida será portada de múltiples artes publicitarios cuando sus más de 25 edificios estén terminados, como un marco impresionante a la no menos impresionante Cinta Costera que los preambulará por su cara marina. La cinta va más allá, y pretende pasar por debajo del limite del Casco Antiguo, para vaciar el tráfico directamente en el Puente de las Américas y prservar el espacio urbano para los peatones, de acuerdo a una visión del Plan Maestro de Urbanismo, que ubica al ser humano en una dimensión privilegiada, tras ordenar el tráfico rodado y emprender una limpieza de la bahía de Panamá, donde descargaron desde hace unos 50 años los efluentes sanitarios.

Como cualquier país sometido al juego del neoliberalismo, Panamá no escapa a la lucha contra la pobreza, que se cifra en un 36%. Pero los panameños apostaron a su futuro hace un año y medio, cuando aprobaron la ampliación del Canal y condicionaron el sí en el referendo a la formulación de un Plan Nacional de Desarrollo. El gobierno de Torrijos se comprometó a cumplir las Metas del Milenio, y las entidades internacionales de este sector aseguran que el país lo logrará en 2014.

El próximo año un nuevo gabinete asumirá la responsabilidad de administrar el país. Lo que está en juego no es un año político más: es el futuro de los panameños, y ellos lo saben. Por eso las encuestas y las campañas de propaganda temen augurar resultados, al desconocer cuánto saben los panameños sobre quiénes pretenden dirigir la Nación en esta etapa de despegue histórico, o vuelta al pasado de dependencia.