La huelga se desarrolló según lo planeado

Frenadeso, que integra la llamada Coordinadora de Lucha por el Respeto a la Vida y Dignidad del Pueblo, organizó una huelga para exigir al gobierno que congele los precios de los productos de la canasta básica, aumente los salarios en un 20% y destituya al ministro de Gobierno y Justicia, Daniel Delgado Diamante, al que acusan de la represión policial contra obreros y por una serie de reformas en materia de seguridad. Delgado dijo que la huelga era innecesaria y defendió las reformas asegurando que buscan combatir con más efectividad el narcotráfico, al que se liga una serie de crímenes en los últimos años.

Según los dirigentes populares la huelga fue todo un éxito, mientras que para el Frente Nacional por los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso) las medidas de presión continuará en aumento, hasta que el gobierno decida oírlos. Los obreros del sector construcción, uno de los pilares en el crecimiento de la economía panameña, acataron de lleno la huelga, con un casi 100% de obras paralizadas.

En otros sectores, como educación y salud, las clases en las escuelas públicas eran irregulares; la atención básica en los centros de salud fue brindada selectivamente, dando prioridad a casos de urgencia. El transporte público operó parcialmente, mientras que la empresa privada trabajaba con normalidad. Para los huelguistas los salarios mínimos sólo sirven para cubrir la canasta básica de alimentos, estimada en 243 dólares. Un obrero apenas gana 300 dólares, aunque con el boom los salarios se han disparado hasta 800 dólares por mes.

A la subida general de los precios se suma una inflación que ya alcanzó un 9%, nunca antes vista en este país, que tiene una pobreza del 36% con marcado abismo entre ricos y pobres. El gobierno aduce que la crisis alimentaria que azota al mundo, el constante incremento de los precios del crudo en el mercado internacional y la caída del dólar dispararon la inflación en el país.