Instinto vs. Inteligencia

Como en todo drama humano el verdadero motivo siempre está allí en lo más oscuro de la mente. La sociedad no está ajena a esta fuerza misteriosa que explica con total claridad lo que está sucediendo en varias naciones de Latinoamérica. Cuando en los pueblos no hay equilibrio ni leyes que se apliquen se hace fácil que resurja del fondo de la psiquis de sus líderes el instinto seudológico. Función mental nada novedosa pero poco conocida. Ampliamente utilizada en el quehacer diario bajo el formato de historietas, narraciones, cuentos y grandes mentiras. Fantasías con tamaño de realidad vuelven a darle sustento a aberrantes situaciones políticas teniendo como innovación un apalancamiento brutal con el dinero del pueblo. Nunca en la historia en países como Venezuela se habían dado tantas escenas tipo Hollywood, con "Money" para botar hasta por los desaguaderos de los desechos.

El petróleo está siendo utilizando para remover ardores humanos, fuerzas peligrosas llamadas por los esotéricos "energías de los elementales." ¡Y cuando se despiertan&! Dimensiones arcaicas que están en las neuronas y si adecuadamente no son estimuladas energizan lo más primario del ser. Maná "excelente" para revoluciones del siglo XXI, partidos totalitarios, grupos de improvisados y populistas, sin lo cual nada existiría ni podrían empoderarse los autócratas.

En resumen una gran tragedia psicosocial que no se resuelve fácilmente, pues el instinto es una dimensión donde no penetra el diálogo ni la lógica. Nunca se podrá negociar en el terreno de lo instintivo, mientras se reciban dádivas o se crea que se es reencarnación de Bolívar. En el caso del pueblo solamente cuando fallen las migajas materiales que aplacan el instinto de subsistencia, buscarán una vez más a otro que les ofrezca y algo les dé. En el caso de los instintos de los líderes estos simplemente se controlan con el uso de la fuerza, convertida en estrategias creativas y maniobras contundentes diseñadas con el pincel del juicio.

Las evidencias de las ciencias que estudian la cultura y la mente demuestran que las sociedades ante las realidades del fracaso mueven sus demandas instintivas a otros benefactores; pero a los líderes únicamente se les pueden poner límites con acciones inteligentes.

Luis José Uzcátegui
Médico psiquiatra y antropólogo venezolano
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