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Una de las principales tradiciones para celebrar el inicio de la Independencia de México es el desfile militar, ideado por Porfirio Díaz en 1910, 50 días antes de que iniciara la Revolución.
Historiadores coinciden en que Díaz sacó a los soldados de sus cuarteles y los mandó a la calle para mostrar el poderío de su gobierno, en un infructuoso intento de frenar la rebelión.
Cuando están por cumplirse dos siglos de la gesta histórica de Miguel Hidalgo, el México moderno no podría concebirse sin un desfile militar pues se trata de horas que dedican los mexicanos para contemplar la disciplina, el poderío y orden de las Fuerzas Armadas.
El diputado Alfonso Suárez del Real expresó que se trata de un acto conmemorativo que no está dispuesto en ningun mandato, pues ni la Constitución ni la ley de las Fuerzas Armadas ni cualquiera otra obliga a este festejo, del que algunos extraen mensajes políticos y sociales implícitos.
Miembro de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, expuso que hace 40 años el desfile fue utilizado para lanzar al mundo un mensaje de poderío con motivo de las condiciones sociales que se avecinaban por las manifestaciones de estudiantes que concluyeron el 2 de octubre con una matanza en Tlatelolco.
Opinó que "ese es quizá el despliegue más impresionante que se haya visto en un desfile militar, en donde además se mostró lo más nuevo y moderno del armamento con que contaban las Fuerzas Armadas mexicanas".
Desde su perspectiva, ese desfile tuvo repercusiones y fue visto a nivel internacional, pues se aprovechó la presencia de los medios de comunicación de todo el mundo que cubrirían los "Juegos Olímpicos de la Paz", como los hizo llamar el gobierno de México.
A lo largo de 98 años el desfile militar ha evolucionado, participan todas las compañías y batallones del Ejército Mexicano, de la Fuerza Aérea y de la Armada de México, así como los cadetes del Heroico Colegio Militar.
Documentos históricos señalan que fue en 1812 cuando en el pueblo de Huichapan, Hidalgo, el 16 de septiembre el general Ignacio López Rayón celebró el inicio de la guerra de Independencia con una descarga de artillería.
En la evolución de los desfiles militares una de las principales atracciones era la demostración acrobática de los aviones de guerra que surcaban los cielos del Distrito Federal y se dejaban ver por toda la ciudad de México.
Volaban especialmente por la zona centro, las calles de Madero, 5 de Mayo, Avenida Juárez, Paseo de la Reforma, que es la ruta del desfile hasta el mismo Angel de la Independencia.
Esa atracción se suspendió durante 11 años, después de que el 16 de septiembre de 1995 chocaran en pleno vuelo tres aviones, dos T-33 y un F-5, lo que dejó un saldo de seis pilotos muertos y uno herido y fue hasta 2007 cuando se volvieron a ver aviones en un desfile.
El choque aéreo se dio a la altura de la colonia Navidad de la Delegación Cuajimalpa, en una zona deshabitada, donde cayeron los restos de los aviones sin ocasionar daño a nadie en tierra.
El tradicional desfile militar no ha sido suspendido después de la época revolucionaria, ni siquiera en las épocas difíciles para el gobierno y la sociedad como fue en 1968, cuando se realizó la parada militar tres semanas antes de los acontecimientos del 2 de octubre.
Las únicas variaciones en los desfiles militares han sido por el número de efectivos que participa, pues varían de un año a otro.
Tal variación puede verse después de saber que en 1998 hubo la participación de 34 mil 160 efectivos, en 1995 poco más de 26 mil y en 2002 solamente desfilaron 12 mil 337, situación que determina el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Muchas familias cada 16 de septiembre se reúnen para contemplar el majestuoso, impresionante y marcial desfile militar que se realiza en las principales calles y avenidas de todos los estados de la República Mexicana.
Manuel Alfaro, vecino de la colonia Cuauhtémoc, expresó que después de los sismos de 1985 el ambiente festivo del desfile y la verbena popular han desaparecido por el tipo de convivencia que se da ahora.
Consideró que los sismos cambiaron el ánimo de los habitantes de las colonias Juárez, Centro, Alameda, Tabacalera, entre otras que
salir de la zona incluso para los propios vecinos.
Sin embargo aseguró que todavía hay muchos mexicanos que salen de sus casas y se plantan en Paseo de la Reforma, con banderas en las manos, mismas que ondean mientras ven pasar a los uniformados.
La gente saca sillas, botellas de agua, sombrillas y aguardan el paso del desfile.
Para marcar el orgullo de quienes desfilan, bandas de guerra interpretan el paso redoblado y otras piezas marciales, pero además participan las bandas sinfónicas de la Marina y del Ejército Mexicano, entre otros grupos musicales castrenses.
Las bandas también interpretan música mexicana y marchas diversas, la mayoría de ellas mexicanas, como la de Zacatecas, que es una de las más tradicionales para acompañar el desfile, así como el Himno Nacional Mexicano al inicio y al concluir la Parada Militar.
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