Nueve presidentes vendrían a la cumbre de Santiago

El Gobierno chileno manifestó el domingo su esperanza de que la reunión de emergencia que celebrarán el lunes en Santiago los presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) permita a Bolivia "encontrar la concordia".

"Esperamos que sea una reunión muy constructiva y que pueda ayudar a que Bolivia encuentre la concordia y la estabilidad democrática", dijo el ministro de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo.

En tanto, el portavoz del Gobierno, Francisco Vidal, se mostró esperanzado en que de la reunión emane "una declaración que sea un aliciente para el Gobierno boliviano y su pueblo, para que las partes puedan ponerse de acuerdo, que no se pierda una sola vida más y el país continúe en el camino democrático".

La reunión, a celebrarse este lunes en el Palacio de La Moneda, fue convocada por la presidenta chilena, Michelle Bachelet, para analizar el tenso escenario político que se vive en Bolivia, donde el Gobierno del presidente Evo Morales se enfrenta a prefectos opositores de varias regiones que buscan más autonomía.

La crisis política derivó en las últimas dos semanas en enfrentamientos que causaron una treintena de muertos en la norteña región de Pando, según los últimos datos facilitados por el Gobierno de Evo Morales.

Hasta el momento se ha confirmado la presencia de nueve jefes de Estado, de un total de doce países que integran la Unasur, siendo las excepciones Perú, Guayana y Surinam.

Chile tiene a su cargo este año la presidencia pro-témpore de Unasur, que está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

En Bolivia, entretanto, el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Branko Marinkovic, instruyó a los agentes cívico movilizados alrededor de la causa de recuperación de la renta petrolera (IDH), que levanten los bloqueos de caminos instalados en las rutas de salida y entrada a Santa Cruz, para posibilitar un escenario de distensión para el diálogo que se instaló en la noche del domingo.  
 
Pese a las contradictorias versiones sobre los sucesos de Pando y a los enfrentamientos suscitados en la zona El Torno (afueras de la ciudad de Santa Cruz), que arrojaron un herido de extrema gravedad, el Comité Cívico Pro Santa Cruz, decidió aportar al diálogo con la señal manifestada este domingo.

El ejército de Bolivia entró a Pando para asegurar el estado de sitio en la región, en una jornada en la que la oposición lanzó "señales de buena voluntad" para el diálogo con el Gobierno de Evo Morales, que sin embargo las consideró insuficientes. En una operación desarrollada de madrugada, las Fuerzas Armadas entraron a Cobija, la capital de la región norteña de Pando, para tratar de pacificar el escenario de los episodios más graves de la ola de violencia que ha sacudido a Bolivia en los últimos días.

En las cercanías de esta capital, un enfrentamiento armado entre civiles se ha cobrado al menos 30 víctimas, según los últimos datos facilitados por el Gobierno de Evo Morales, que decretó el estado de sitio en Pando ante la violencia desatada en la zona. La llegada del ejército al aeropuerto de la capital pandina suscitó inicialmente otro brote violento el pasado viernes donde murieron un militar y un civil.

A pesar de que se temía más violencia con la entrada del Ejército a Cobija, no se ha informado de fallecidos o heridos hasta el momento. Para evitar mayores confrontaciones en la zona, el prefecto (gobernador) de Pando, Leopoldo Fernández, anunció que ha pedido a los habitantes de su departamento que acepten, "aunque nos duela", el estado de sitio impuesto por el Gobierno. Pero lo que no aceptará Fernández (opositor y autonomista) es que lo detengan como ayer anunció el Gobierno, que lo acusa de ser el responsable de la "matanza" y "genocidio" ocurrido en Pando.

Desde La Paz, el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, consideró insuficiente el fin de los bloqueos y exigió la devolución de las instituciones estatales que se han tomado (y en el caso de Santa Cruz saqueado violentamente) en los departamentos opositores.