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Ley del aborto

Nuevo desvarío socialista

Nuevo desvarío socialista

viernes 19 de septiembre de 2008, 20:31h
El Congreso de los Diputados debatía esta semana dos solicitudes provenientes de Ezquerra Republicana-Izquierda Unida y del Grupo Socialista para la creación de una subcomisión, dentro de la Comisión de igualdad, que estudie la modificación de la legislación actual en lo referente a la interrupción voluntaria del embarazo. No nos sorprende la iniciativa tanto de Izquierda unida como de Ezquerra. Al fin y al cabo, estos grupos nunca han escondido su intención de que el actual modelo legislativo fuese modificado y sustituido. Lo sorprendente es la actitud del Grupo Socialista.
Inmerso en ese juego de hago una cosa en el Gobierno y otra en la oposición, digo algo un día y todo lo contrario al día siguiente o escondo a los ciudadanos las verdaderas intenciones de mi Gobierno, impulsa ahora con cierta rapidez la apertura de un nuevo frente cuyo inicio estamos viendo y cuyo final podemos intuir. Este Gobierno que hace un año votaba en contra de aquellas iniciativas que implicasen la apertura de un debate sobre el aborto, ahora es el director impulsor de una nueva regulación sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

¿Qué ha cambiado en tan sólo unos meses para que el Gobierno socialista declare sin tapujos su intención de elaborar una ley del aborto? ¿Qué papel pretende entonces que juegue el Parlamento en todo esto cuando ya se ha nombrado una comisión de expertos en el Ministerio de Igualdad -comisión absolutamente parcial- para supuestamente trabajar en el nuevo proyecto? ¿Por qué hemos pasado de la palabra consenso a declarar su intención de elaborar una nueva ley con o sin acuerdo con el Partido Popular? ¿Sabe realmente el Gobierno hacia dónde quiere ir o ya tiene la dirección definida?

Evidentemente son muchas las dudas e imprecisiones que ensombrecen la apertura de esta subcomisión. Lo único cierto es que el Gobierno socialista ha iniciado la apertura de este debate con la absoluta ausencia de una demanda social y alejado completamente de las preocupaciones de los españoles, cuyo pensamiento -así lo dicen los estudios sociológicos- se encuentra ahora en cómo conservar su puesto de trabajo o poder llegar a fin de mes. Lo ha hecho olvidando que existe una legislación en esta materia por cuyo cumplimiento debiera haber velado y que encaja perfectamente en la doctrina establecida por el Tribunal Constitucional. Lo ha hecho sin someterse al plebiscito de los ciudadanos, ignorando en el programa electoral cualquier referencia a una ley del aborto.

Y ahora, escondido tras la dialéctica del discurso del consenso quiere que los demás entremos al juego de sus propios intereses. Imposible. Enseñen sus cartas. Expliquen a los ciudadanos si piensan con esta reforma saltarse los principios establecidos por el Tribunal Constitucional y, sobre todo, no frivolicen con este asunto. El aborto es un fracaso que acarrea el dolor de muchísimas mujeres. Un Gobierno responsable no debiera anteponer sus propios intereses al bienestar general.

 

SANDRA MONEO.
Portavoz de Igualdad del Grupo Popular en el Congreso
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