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Crítica de la película

'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres': Lisbeth Salander según Fincher

'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres': Lisbeth Salander según Fincher

martes 10 de enero de 2012, 11:16h
Se había hablado hasta la saciedad de este 'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres', no en vano, se trata de la versión norteamericana de los libros que más han dado que hablar en lo que llevamos de siglo XXI y que ,además, habían tenido su correspondiente trilogía cinematográfica sueca e incluso una miniserie. Pero lo que más llamaba la atención era que detrás de la cámara se sentaba uno de los directores más respetados de la actualidad, David Fincher, que volvía por tercera vez al territorio de los asesinos en serie, tras 'Seven' y 'Zodiac'. Además, todo el mundo había destacado la actuación de la protegida del director, Rooney Mara, como Lisbeth Salander, y su nombre suena en todas las quinielas de los Oscar.
El resultado es contradictorio, Fincher se adapta como un guante al ritmo de la historia, volviendo a ejercer de mago de la narración. Millennium es, como su protagonista femenina, una película tecno punk. A veces incómoda, siempre interesante. Un ritmo adrenalítico, montaje en paralelo, un ambiente malsano y una actuación que confirma todas las cosas dichas sobre Rooney Mara. Pero aun así este 'Millennium' se queda un paso atrás de las anteriormente citadas 'Seven' y 'Zodiac'.

Esto se debe a que es en cierto modo anticlimática, el final de la investigación lleva a un epílogo que parece un pegote en el contexto del resto de la trama, pero también a que la película parece mucho más convencional que sus predecesoras. Esto no significa que la película carezca de interés o que no tenga sus momentos, como la presentación de Salander y de Blomkvist por separado, en las que, sobre todo en la de ella, el director dejará perfectamente delimitados a sus personajes y sus motivaciones, además de prepararnos para cualquier cosa en el resto del metraje.

Daniel Craig se aparta de la imagen de James Bond, para entregarnos un Blomkvist correcto que deja que todos los focos se centren en Rooney Mara y su Lisbeth Salander. Es evidente que estamos ante lo que se denomina un 'papel caramelo', en el que hay transformación física y se lleva los mejores momentos, pero estos también hay que saber interpretarlos y la actriz lo consigue plenamente. Tras interpretar a la chica que parte el corazón de Zuckerberg en la anterior película de Fincher 'La red social', Mara se convierte en su equivalente femenino, una inadaptada, con problemas a la hora de relacionarse con los demás pero que, en el fondo, lo único que busca es algo de afecto.

Con respecto a 'La red social' su gran problema está en el guión, donde Aaron Sorkin analizaba al detalle cada partícula de sus personajes en la adaptación de Larsson que hace Steven Zallian muchos personajes pasan como sombras, principalmente la familia Vanger, que no termina de resultar todo lo perturbadora que debiera. Claro que su principal problema es la falta de alma, todos sus elementos son de primera calidad, la dirección, la música de Trent Reznor y Atticus Ross, sus fabulosos títulos de crédito o las interpretaciones pero, al final, se nota demasiado que la película no deja de estar prefabricada.

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