Los villanos más fascinantes de todos los tiempos

Monstruos

Vampiros, hombres lobos, brujas y demás han estado siempre presentes en la historia del cine. Las historias del 'hombre del saco' y de brujas pirujas están en nuestro subconsciente desde la niñez, lo malo con este tipo de villanos es que según vamos creciendo los que nos van dando miedo de verdad son los banqueros y los inspectores de hacienda. Aun así este tipo de villanos ha dejado varios de los malos más apasionantes de la historia, empezando por el Conde Orlock, ese remedo de Drácula al que Max Schreck prestó su peculiar físico en Nosferatu (1922), de F.W. Murnau. Ni Lugosi ni Christopher Lee lograron igualar esa primera encarnación del vampiro más famoso.

Con clase

Los malos con clase son esos que logran atraerte más que el bueno, son personas refinadas y de amplia cultura a los que les falta la moral pero les sobra el ingenio y la ironía. Un ejemplo perfecto de este tipo de malo es Addison de Wit, el despiadado crítico teatral de Eva al Desnudo. Lo curioso es que cuando se habla de esta película se suele nombrar a la propia Eve Harrington del título, pero Eva sólo es una aficionada si la comparamos con el personaje interpretado por George Sanders. Otro ejemplo de malo con clase sería el Harry Lime de El Tercer Hombre, con su breve aparición Orson Welles se convierte en el centro de la película y, a pesar de saber la clase de hombre que es, no podemos culpar a la chica por preferirle a él antes que al pobre Joseph Cotten. Para terminar con esta encantadora especie podemos referirnos a Hans Gruber, el malo con más clase de toda la saga de "La jungla de cristal". Hans, brillantemente interpretado por Alan Rickman, es una de las razones por las que la primera parte de esta saga es tan superior al resto... Nunca viene mal un buen malo.

Bichos

Dentro de esta categoría encontramos a algunos de los más mortíferos 'mata-hombres' de la historia del cine, su diferencia principal con los monstruos es que los 'bichos' no hablan y no piensan... Bueno mejor no hablan porque si nos acordamos de dos ejemplos como el Tiburón de Spielberg o el Alien de Ridley Scott no podríamos jurar que no piensan (aunque sólo sea en comer y matar).

Psicópatas

Los psicópatas han dado algunos de los mejores villanos de la historia. El Reverendo Harry Powell es uno de ellos, 'La Noche del Cazador' estará unida para siempre a la imagen de Robert Mitchum y sus manos con las palabras Love (Amor) y Hate (Odio). Norman Bates es el psicópata por antonomasia, aunque él nos juraría que la realmente mala es su madre. Hitchcock consiguió con Psicosis que a la gente ya no le relajase tanto darse una ducha. En los años 80 encontramos al sádico Frank Booth, interpretado por Dennis Hopper (que también sabe lo suyo sobre inestabilidades mentales) en "Terciopelo Azul", Frank es el escorpión que se esconde entre el césped de los barrios residenciales norteamericanos, eso sí su gusto musical es exquisito. Anthony Hopkins debió ver la interpretación de Hopper ya que su Hannibal Lecter tiene algunos de los tics de Booth, aunque Lecter es una mezcla entre malo con clase y psicópata, lo mismo diserta sobre el arte en el Siglo XVI que te arranca la oreja de un mordisco (eso sí, con mucha clase).

Sin piedad

Los malos sin piedad no son malos, son peores. Gente como el Alex De Large de La Naranja Mecánica. Kubrick diserta sobre el mal y Malcolm McDowell le pone cara, ¿qué es peor? ¿un individuo malo por naturaleza o una sociedad que reprime a sus individuos? No lo sabemos pero si te cruzas con Alex y sus drugos, no lo dudes, sal corriendo. Otro ejemplo de maldad sin fin es el de la enfermera Ratched de "Alguien voló sobre el nido del cuco". Ratched representa la opresión y la censura de un régimen que no te quiere ver feliz. Seguramente Alex disfrutaría mucho en su puesto.

Máquinas

El hombre siempre ha temido ser superado por su propia inteligencia. La inteligencia artificial ha proporcionado los malos más temibles de la historia, máquinas medio indestructibles que piensan más y mejor que nosotros. HAL 9000 fue uno de los primeros ejemplos, Kubrick dotó al ordenador de 2001 de una inteligencia y un tamaño totalmente desproporcionados. A las puertas del 2010 los oredenadores son cada vez más pequeños pero todavía no se ponen a cantar cuando los desconectas. Terminator nos habló de un futuro en el que las máquinas se revelarían contra sus creadores y de viajes en el tiempo para matar a nuestro Kaspárov de turno (vamos el humano que gana a las máquinas). En la primera parte mandan un temible robot con las facciones del gobernador de California (que hay que reconocer que da el pego) y en la segunda un líquido que adquiere la forma que le da la gana (aunque en esta Governator está de nuestra parte). Pero el androide más perfecto que nos ha visitado en la tierra es Roy Batty, un Nexus 6 que se revela contra su propio destino y contra su creador. Rutger Hauer crea el malo poeta y se despide de nosotros "como lágrimas en la lluvia".

Por último, el malo por antonomasia del cine es Darth Vader, un hombre que se convierte en máquina (solían ser las máquinas las que querían ser hombres). Si La Guerra de las Galaxias se convirtió en la película más famosa de la historia no fue por Han, Luke, Joda, Leia, ni siquiera Chebwacca. La razón fue Darth Vader, el artista antes conocido como Annakyn Skywalker. En la primera trilogía Vader se alzaba como el personaje fundamental, aunque tenía a un malo por encima (el Emperador) nadie dudaba de que el peligroso era él. Eso sí Vader/Annakyn pasó de ser uno de los mejores malos en la primera trilogía a ser uno de los peores buenos en la segunda. Aquí os dejo con su momento más mítico (Si alguien, por alguna remota casualidad, no hubiese visto El Imperio Contraataca se la puede ahorrar):