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Homenaje al gran actor

Adiós a Paco 'el bajo', al brigada Castro, al bandido Fendetestas... adiós a Alfredo Landa

Adiós a Paco "el bajo", al brigada Castro, al bandido Fendetestas... adiós a Alfredo Landa

jueves 09 de mayo de 2013, 18:49h
Como bien sabe Gloria Swanson hay estrellas más grandes que el propio cine, pues en el caso de Alfredo Landa, hay actores que están por encima de su propia filmografía, y no es que el navarro no haya salido en grandes películas, por ejemplo 'Atraco a las tres', 'Los Santos Inocentes' o 'La Vaquilla', pero es que el hombre que interpretó al españolito medio mejor que nadie, fue un actor único. Uno de esos extraños casos en los que el actor siempre está por encima de su películas.
Lo normal es que a alguien que encadena seguidas cinco películas de Mariano Ozores en dos años, con los significativos títulos de 'Tío, ¿de verdad vienen de París?', 'Los pecados de una chica casi decente', 'Alcalde por elección', 'Mayordomo para todo' o 'Celedonio y yo somos así', no se le recuerde con cariño, pero es que hasta en esos subproductos carpetovetónicos Alfredo Landa siempre dejaba algo interesante. Eran los años finales del 'landismo', un género al que apadrinó con su apellido y del que nunca se arrepintió. Luego llegaría su reinvención como actor dramático, el reconocimiento, los premios y lo demás, lo que no hizo sino volver a demostrar la tremenda injusticia que han sufrido y sufren los grandes actores cómicos. Parece que nadie se da cuenta de que es más difícil hacer reír que llorar, el problema con gente como Landa es que hacen que parezca fácil.

En sus inicios estuvo el teatro pero rápidamente llegó el cine. Sus dos primeras películas en la gran pantalla son, nada más y nada menos, que 'Atraco a las tres' de José María Forqué  y 'El verdugo' de Berlanga. Su papel en la obra maestra por antonomasia del cine español no pasa de esporádica pero su rol como uno más de la banda liderada por el gran José Luis López Vázquez ya hacía ver que estábamos ante uno de esos talentos naturales que salen cada mucho tiempo, un diamante en bruto de la comedia. Uno que iba a mirar de igual a igual a gigantes como Fernán-Gómez, Fernando Rey, Paco Rabal o el propio López Vázquez.

Luego fue combinando su carrera en el teatro con el cine hasta que el éxito de 'Ninette y un señor de Murcia', que llevó a la pantalla Fernán Gómez, y, como él mismo reconoció, la mejor paga de la gran pantalla le llevó a centrarse en el cine. Formó memorable pareja con Concha Velasco en películas como 'Las que tienen que servir', hasta que llegó 'No desearás al vecino del quinto', el mayor éxito de la historia del cine español hasta la llegada de 'Torrente', y se convirtió en el prototipo del españolito medio, obsesionado por las suecas, bajito, de pelo en pecho, en incontables películas dirigidas por Fernando Merino y el ínclito Mariano Ozores. No fue el único que hizo estas películas alimenticias pero fue el que le puso cara (y nombre).

Fueron Bardem y Garci los que comenzaron a darle películas de más enjundia, pero aun así mucha gente se sorprendió cuando aguantó plano a plano junto a un inconmesurable Paco Rabal en 'Los Santos Inocentes'. El premio compartido en el Festival de Cannes es uno de esos que dan enjundia a un festival. El Paco "el bajo" de Landa es de esos papeles que valen por toda una carrera, pero no hay que olvidar que Landa ponía la misma ternura y trabajo en este papel que en el recluta de 'Cateto a babor'.

El brigada Castro

Ya había demostrado que podía hacer llorar y su carrera cogió una pátina de respetabilidad que nunca había tenido, ahora llegaba el momento de demostrar que como actor cómico nadie le hacía sombra. Tras su experiencia en 'El verdugo' llegó el momento de volver a reunirse con Berlanga. El director más destacado de nuestra filmografía tenía guardado en el cajón un guión, firmado junto al gran Rafael Azcona, sobre la Guerra Civil, uno que, por motivos evidentes, no había podido filmar durante el franquismo. La película estaría protagonizada por Landa, junto a su amigo José Sacristán. Landa, que pasaba por el mejor momento de su carrera, no dudó en ponerse a las órdenes del valenciano, a pesar de su mala fama entre los actores. El propio Landa acuñó la frase: "Berlanga es un hijo puta con ventanas a la calle, pero acudiré siempre que me llame para trabajar con él". Una frase que el director consideraba la mejor definición sobre "su condición de director".

Juntos entregarían una de esas películas a las que siempre merece la pena volver, junta lo mejor de Berlanga, Azcona y Landa. Ahí es nada. En una película coral, como casi todas las del valenciano, como 'La Vaquilla' la interpretación de Alfredo Landa solo se puede calificar como milagrosa. Al lado de gente como Sacristán, Santiago Ramos o Agustín González, Landa saca lo mejor de sí mismo y nos hace reír con una situación que no tiene ni puñetera gracia. Todavía le quedaban muchas grandes interpretaciones por entregar, como su bandido Fendetestas en 'El Bosque Animado' de Cuerda o su Sancho en 'El Quijote' de Gutiérrez Aragón pero, en un día como hoy, a mí me apetece recordarle como el brigada Castro, cogiendo de la pechera al teniente Broseta (José Sacristán) mientras le dice aquello de: "¡Cuidado mi teniente, cuidado conmigo, eh! Hemos corrido un encierro, nos hemos tragado una misa, hemos llevado una virgen, hemos cargado con un marqués, usted ha afeitado a un fascista, a mí me han pegado una cornada, éste... ¡se ha cagao!, a éste... lo han vestido de sacristán y a éste le han puesto los cuernos... y todo por la jodida vaca ¡Qué le den mucho por el saco a la vaca! Yo me voy a comer". Muchas gracias, maestro.

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