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Los libros y la crisis

'Lágrimas de cocodrilo': Dando ideas

'Lágrimas de cocodrilo': Dando ideas

viernes 23 de noviembre de 2012, 11:12h
Desde la novela a los ensayos de urgencia, la crisis económica y sus consecuencias sociales van a protagonizar la semana que viene. Y un nombre, el de Petros Márkaris, va a ocupar, sin duda, los principales titulares.  

El martes próximo tendremos en Madrid al maestro Petros Márkaris, que viene... dando ideas. Liquidación final, la novela que presenta Tusquets Editores en la flamante Casa del Lector, en el Matadero, va de la crisis, de la situación desesperada de los griegos, de cierto justiciero por su mano, y, en fin, del comisario Kostas Jaritos, su protagonista.  Si no me equivoco, es la tercera vez que Márkaris novela la crisis griega, dos pasos por delante de la nuestra, y viene a demostrar que el género policial es un instrumento perfecto para radiografiar la sociedad. Si se tiene la mirada agudísima del griego, y su sensibilidad para el presente, el escalofrío está servido.

Petros Márkaris es así de rápido. Una pensaría que la historia se convierte en novela con mucha más calma, con mucho más tiempo. Pero la policial tiene tanto de crónica de sucesos, con un añadido que le confiere una eficacia definitiva: la ficción. La ficción que llega más hondo que la realidad, la ficción que permite entrar en los motivos, los sentimientos, las sensaciones, porque, cómo decirlo, personaliza lo que ocurre más allá de la estadística y la situación. Es que la crisis se vive, como todo, de uno en uno.

Que yo sepa, en España no tenemos ficción sobre la crisis. Se me ocurre que lo nuestro es un estado de desconcierto paralizante, como venía a decir hace pocos días Soledad Gallego Díaz. Sí hay, felizmente, un género nuevo de libros de urgencia, que se sitúan a caballo entre el reportaje y el análisis, y que no esperan a que acaben los procesos para describirlos, como hacen los historiadores. Estoy pensando en algunos de los últimos  Libros de la Catarata, cuyos títulos hablan por si solos, y que se van a presentar también la semana que viene:  El hundimiento de la banca, del periodista Iñigo de Barrón Arniches, que es una "crónica de la cadena de corrupción, ineficacia y cobardía política que nos ha llevado al hundimiento de la banca española", o Las cloacas de la economía, de Roberto Velasco, un eco nomista que habla directamente del lado oscuro: corrupción, fraude fiscal, blanqueo de capitales, trata de personas, narcotráfico, prostitución.....

Pero no es ése, precisamente, el trasfondo de la gran novela negra? Márkaris el griego, Camilleri el italiano y Manolo Vázquez Montalbán, el español, forman la "trinidad santa" de este género tan anglosajón en el Mediterráneo. Pero no están solos. Pienso en autores como Juan Madrid, que ya es un clásico, o en los que se han "pasado" a la policial desde otros ámbitos de la narrativa, con notable fortuna: Maruja Torres, con Sin entrañas (Planeta) o Jose Maria Guelbenzu, con su  Muerte en primera clase (Destino).

Curiosamente, estas dos novelas tienen mucho en común. Las dos ocurren en el Nilo, y en un crucero: la de Guelbenzu en un barco moderno, la de Maruja en el Karnak, el buque de Agatha Christie, en un expreso y continuo homenaje. Que no es el único: me conmovió, aunque no me sorprendiera nada, la presencia de nuestro común amigo Terenci Moix , que adoraba Egipto. Las dos tienen, además, protagonistas femeninas, que lo serán de toda una serie. Diana Dial, antigua reportera y ocasional detective, resuelve el caso catalanísimo de Sin entrañas, como ya hizo en Fácil de matar. Y Muerte en primera clase es ya el sexto caso de la jueza Mariana de Marco.

Está claro que, mientras en el mundo siga habiendo esas cloacas que nos agobian, la novela policial va a seguir invitándonos a entenderlo un poco mejor, a los lectores apasionados del género, que somos muchos.

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