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Andalucía, Asturias... y todos los demás

Andalucía, Asturias... y todos los demás

sábado 24 de marzo de 2012, 11:19h
CARTA DEL EDITOR

Este periódico, aunque podría hacerlo, nunca ha aconsejado el voto en cualquier dirección; entendemos que ello nos apartaría de la línea de independencia que perseguimos afanosamente desde nuestro nacimiento, hace ya una década. Pensamos que nuestra obligación, llamándonos, como nos llamamos, críticos, es la de informar con el mayor rigor posible y analizar los hechos desde la distancia del observador no implicado. Desde el mayor respeto a otras opciones profesionales, aunque sin compartirlas, tenemos que decir que no todos los periódicos, especialmente algunos de papel, ni todos los periodistas, señaladamente ciertos columnistas y tertulianos, han sido, ni han procurado serlo, tan equidistantes al trajín de las campañas.
 
También aquí forzoso es recordar a nuestros lectores que el editor y la empresa del Grupo Diariocrítico dejan libertad a los directores de los distintos periódicos que componen nuestro conglomerado para optar por las vías que profesionalmente les parezcan más oportunas, respetando siempre, eso sí, las normas deontológicas y éticas fundamentales en nuestra profesión. Y, así, no es ningún secreto que nuestro Andalucía crítica no siempre comparte los puntos de vista de otros medios de este grupo, ni tendría por qué hacerlo, y lo mismo sucede con el Diariocrítico de la Comunidad Valenciana, con el de Castilla y León o con el de Cataluña, por ejemplo, para no citar ya a los periódicos que componen nuestra Red Iberoamericana de Diarios Digitales: cada uno de los responsables de esos periódicos 'on line', aun formando parte de este Grupo, tiene plena independencia para fijar sus criterios editoriales e informativos, aunque, ya digo, no siempre sean los mismos que los del editor o los de algunos miembros del Consejo de Administración.
 
Entendemos que es esta una manera sana de enfocar lo que debe ser un conjunto de periódicos digitales -ya sumamos veinte, con los muy recientes Vinculocrítico y Europacrítica--: pluralismo, aunque un sustrato común de respeto a la verdad, a la libertad de expresión y a las normas éticas y estéticas que hicieron nacer a la empresa Ociocrítico S.L. hace ya una década larga. Desde entonces, hemos crecido, nos hemos dotado de un potente Consejo Editorial que vigila por el cumplimiento de nuestras normas fundacionales y hemos impulsado -no solo con nuestras fuerzas, aún modestas-proyectos de largo alcance, como el foro 'España 2020' o, ahora, el 'Emprendedores 2020'.
 
Quiere todo ello decir que nuestras pretensiones globales como Grupo van mucho más allá, o son completamente diferentes, de lo que significa la toma de posición ante unas elecciones autonómicas, ante unas elecciones generales o incluso ante unas elecciones en las que nos va tanto a los españoles como las inminentes presidenciales francesas. Nos hemos situado ante un esquema de futuro, que incluya lo que debe ser España, lo que debe ser Europa, de aquí a una década.
 
Pero eso no significa, por supuesto, que  desdeñemos o minimicemos la información y el análisis de lo que ha sucedido en las, para mí al menos, lamentables campañas andaluza y asturiana. Hemos seguido puntualmente los avatares, hemos echado de menos propuestas verdaderamente innovadoras para mejorar la vida de los andaluces y de los asturianos y nos han sobrado ataques de sal gorda, manipulaciones e insidias de baja estofa dirigidas contra unos u otros candidatos, que, por otra parte, tampoco es que se hayan esforzado demasiado por alzar el vuelo de la dialéctica política.
 
Y aquí hemos llegado, conscientes de que lo importante de lo que vaya a suceder trasciende estos resultados del 25-m en dos comunidades tan significativas como Asturias, siempre intenso y algo confuso laboratorio político, y, sobre todo, Andalucía, que dicen que es el granero de votos que cualquier partido necesita para ganar unas elecciones a escala nacional. Lo importante va a ocurrir a partir de este 26 de marzo, sin que el resultado de las urnas en dos comunidades situadas en las antípodas geográficas nacionales vaya a ser capaz de variar el destino inexorable que nos marcan las jornadas finales de este mes trascendental. Ya Shakespeare, en su quehacer admirable, hacía que le advirtieran a Julio César que se cuidase de los idus de marzo. No ha sido este, desde el punto de vista de un ciudadano español de a pie, un buen mes. Pero ha sido un mes en el que se aceleraron los preparativos de los cambios que vienen. Y, sentimos aguar algo el climax ante las urnas, pero esos cambios poco tienen que ver con lo ocurrido en estas elecciones autonómicas, por lo demás tan previsibles.
 
Gracias por confiar en nosotros y por seguirnos.
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