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'Contarlo para no olvidar': el periodismo de conflicto con mirada de mujer
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'Contarlo para no olvidar': el periodismo de conflicto con mirada de mujer

miércoles 09 de septiembre de 2020, 16:19h

En 2017 la Editorial Revista 5W publicó Contarlo para no olvidar, un libro de conversaciones firmado al alimón por dos mujeres periodistas de diferentes generaciones, Mónica García Prieto (Badajoz, 1974) y Maruja Torres (Barcelona, 1943) en las que ambas reflexionan a tumba abierta y en primera persona sobre la mirada singular que, en las últimas décadas, viene aportando la mujer periodista en las zonas de conflicto y las dificultades añadidas que supone para ellas el ejercicio del periodismo, una profesión mayoritariamente masculina hasta hace muy pocos años.

El libro ha sido la base para la estupenda adaptación teatral de Miguel Rellán, ‘Contarlo para no olvidar’, que ha transformado sus 140 páginas originales en una pieza de 80 minutos de duración que acaba de estrenarse en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español de Madrid de la mano de dos soberbias actrices, Nuria Mencía (en el papel de Mónica García Prieto) y Nuria González (como Maruja Torres).

El diálogo, lleno de experiencias personales -en donde no faltan la dureza, el tesón, la fuerza, las emociones y la denodada lucha por buscar la verdad-, de las dos reporteras de guerra, tiene un interés sostenido y creciente a lo largo de todo el montaje y está salpicado de datos objetivos sobre los diversos conflictos vividos en primera línea por las dos periodistas (Canal de Panamá, Irán, Irak, los Balcanes, Siria, el 11S, las Primaveras árabes, Cuba, el Continente africano- “lo que sucede en África no le interesa a nadie”-…), y de los múltiples obstáculos de todo tipo, y tanto en las redacciones de sus medios como en el foco de la noticia. Treinta años antes o después, las dos reporteras han tenido que ir sorteando las mismas adversidades para poder contar lo que veían en primera línea de la noticia y en la trastienda de esos conflictos en donde, por lo general, se encuentran los verdaderos afectados, la población civil que, de pronto, se encuentra en medio de bombardeos, tiroteos, reyertas y ajustes de cuentas de todo tipo entre los bandos contrincantes.

“Recuerda la noticia del New York Times –le dice Prieto a Torres en un momento del montaje- sobre las armas de destrucción masiva, en Irak, que en realidad no existían… La sociedad se polarizó por el miedo: nosotros contra ellos. Y eso nos dejó a los periodistas occidentales que estábamos allí desplazados convertidos en enemigos porque habíamos contribuido a las mentiras que condujeron a la invasión… Y por eso empezaron los secuestros de periodistas. Desde entonces las empresas encontraron la excusa perfecta para no mandar a nadie a ningún lado. ¿Por motivos de seguridad? En realidad, no les interesa la seguridad del reportero sino, más bien, el seguro de vida o el rescate que tendrían que pagar por ellos…”. Los intereses enfrentados entre la ética del periodista –las reporteras, en este caso-, la aparente falta de interés por parte de sus empresas y la proliferación de periodistas vocacionales obligados a convertirse en freelances, las dificultades para moverse en situaciones tan complicadas y, a pesar de todo, la necesidad íntima del profesional de estar allí, de vivir la historia en primera fila, de ‘Contarlo para no olvidar’.

El marco perfecto para dibujar esta historia de nuestros días lo constituyen la escenografía de Mónica Boromello (sobre una pequeña tarima de zinc, una mesa y unas sillas en donde las reporteras comparten botellas de agua mientras reviven, analizan y critican las condiciones y adversidades en las que han tenido que navegar; y un suelo que combina reflejos de espejo y arena, sueños y realidad…), la iluminación cálida e intimista de David Vizcaíno y la música de Germán Ponte y Linnea Weiss.

Si García Márquez tituló sus memorias Vivir para contarlo, Maruja Torres y Mónica G. Prieto, a través de esta respetuosa adaptación de Miguel Rellán, han concluido también en que hay que ‘Contarlo para no olvidar’. Y va a ser muy difícil que lo podamos hacer porque el trabajo de las dos Nurias, Mencía y González, bajo la sutil dirección de Rellán, es sencillamente impecable.

No hay ya excusas para no volver otra vez al teatro (medidas de seguridad e higiene perfectas en el Español) y seguir buceando en el alma humana, siempre llena de claroscuros que, como en ‘Contarlo para no olvidar’, si no respuestas y certezas, aporta siempre preguntas e inquietudes que nos ayudan a seguir tratando de ser cada vez un poco más libres y un poco más conscientes de cuanto sucede a nuestro alrededor.

‘Contarlo para no olvidar’

Basado en el libro Contarlo para no olvidar de Mónica G. Prieto y Maruja Torres

Adaptación y Dirección: Miguel Rellán

Reparto: Nuria González y Nuria Mencía

Diseño de Iluminación: David Vizcaíno

Diseño de escenografía y vestuario: Monica Boromello (AAPEE)

Composición musical: Germán Ponte y Linnea Weiss

Grabación, arreglo y producción musical: Germán Ponte (Violonchelo: Linnea Weiss// Guitarra: Pablo Chávarri)

Ayudante de Dirección: Aintzane Garreta

Una producción del Teatro Español

Teatro Español, Madrid

Hasta el 4 de octubre de 2020

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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