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Obispos en campaña electoral

martes 15 de enero de 2008, 17:15h

Obispos en campaña electoral
J. Catalán Deus
 

Rouco, el resucitado

Antonio María Rouco Varela, gallego, nacido en 1936, estaba hace un año enfermo, apartado y triste. Hoy da la vuelta al ruedo con todos los trofeos en la mano, y hasta sus enemigos magnifican su poder e influencia. Recordemos: en 2004 perdió por un voto su tercera reelección como presidente de la  conferencia Episcopal: él necesitaba dos tercios, cualquier rival la mitad más uno, cosa de los reglamentos. Su calidad de papable se vino abajo en el cónclave de 2005, y una grave enfermedad se abatió sobre su persona. Su tiempo parecía definitivamente periclitado. Su colega Antonio Cañizares cogía el timón del conservadurismo interna y externamente.

Menudo de aspecto (1'67 metros, 75 kilos de peso) pero de fuerte carácter, se recuperó y lo hizo insistiendo en sus principios. Los que le dieron por desautorizado en Valencia por el Papa, ahora reconocen que tiene uno de los pocos hilos directos. Los que le dieron por humillado en su diócesis de Madrid, vieron como su alter ego, Martínez Camino, era nombrado como obispo auxiliar suyo.


Blázquez, el apocado

Ricardo Blázquez (castellano, 1942) es presidente de la CEE por un voto, y no ha conseguido todavía ser cardenal, sólo obispo, de Bilbao. Durante todo su mandato ha servido de referencia a los sectores  católicos antitradicionales, a pesar de que siempre ha sido tímido y huidizo y había que buscar con lupa alguna frase de la que sacar punta anti-rouquiana. El día 30 de diciembre dio la cara y estuvo al frente del acto de Madrid, y aunque acostumbrado a contemporizar con el poder, es conservador absoluto.

Aunque se le ha querido convertir en líder de una presunta alianza socialdemócrata-nacionalista en la CEE, a lo más que ha llegado es a pedir a los sacerdotes que lleven con dignidad las dificultades que encuentran en su misión apostólica -la frialdad y el desinterés en relación a la vivencia religiosa, y la debilidad institucional y la fragilidad de la Iglesia en la sociedad actual- 'sin echar las culpas a derechas o izquierdas'. Es enemigo de planteamientos polémicos, pero forma parte de la ortodoxa ‘Communio’ y ha estado cinco años en la comisión de Doctrina de la Fe de la CEE.

Gasco, el pletórico


Agustín García-Gasco (castellano, 1931), el arzobispo de Valencia premiado con el capelo de cardenal  por la organización del Encuentro Mundial de las Familias el año pasado en Valencia a las que asistió Benedicto XVI, ha redoblado sus intervenciones públicas aceptando el testigo del 'quemado' Cañizares, en un interesante ejemplo de carrera eclesial por equipos. Odiado -y no exageramos- por el clero  progrenacionalista valenciano, fue obispo auxiliar del cardenal Tarancón en Madrid (1985) e incluso secretario general de la Conferencia Episcopal durante cinco años. Desde abril de 2007 es presidente de la comisión para la Doctrina de la Fe de la CEE.
Se le considera cercano al Opus Dei y ha tenido que hacer frente en la Comunidad valenciana a un fuerte movimiento ateista que solicitaba que se "borraran" de las listas de bautizados a los nuevos y voluntarios apóstatas. Siempre se ha opuesto a aceptar estas exigencias de los grupos laicistas.

Camino, el ideólogo

Juan Antonio Martínez Camino (asturiano, 1953), en 2003 fue elegido Secretario General de la CEE cuando ejercía de catedrático de Teología Dogmática de la Facultad San Dámaso de Madrid, es un jesuita disidente del que los dirigentes de la Compañía abominan. Ha hecho frente a ataques continuos y
despiadados desde que ejerce de portavoz, ha mantenido su comunión con Rouco y ahora es obispo, algo inédito para un jesuita español. Oyéndole y leyéndole, se comprende que estamos ante el verdadero ideólogo de la CEE. Fue director de la Comisión para lo doctrina de la fe de la CEE de 1993 a 2001. Ha sido colaborador de la programación religiosa de la cadena COPE y perito en la II Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Europa. En la actualidad, además, es miembro de la Academia Internacional de Ciencias Religiosas y pertenece al Consejo de Redacción de la revista Communio, la que agrupa a los teólogos 'ratzingerianos'. Se le considera un auténtico neoconservador.

Cañizares, el eclipsado

Alguien dijo una vez que en la CEE no hay diferencias,  solo apariencias. A Antonio Cañizares Llovera   (valenciano, 1945) le ha tocado desde 2004 representar la defensa estricta de la ortodoxia, y lo ha hecho lo mejor que sabe. Ahora parece haberle llegado el relevo. Obispo desde los 47 años; de siempre en la  organización de la CEE, y durante las dos últimas décadas, guardián de la fe. Y ahora Primado de Toledo, Cardenal, vicepresidente de la CEE, y miembro de dos departamentos vaticanos importantes, Congregación de la Fe y Pontificia Comisión Ecclesia Dei.

El más controvertido de los obispos españoles, el más vilipendiado hasta ahora por los sectores  anticlericales. Conocido como ‘el Pequeño Ratzinger’, por su biografía y perfil similares y heredados de los del hoy Papa. Muchos le consideran cercano a los Legionarios de Cristo y durante un tiempo se convirtió en la "estrella" de las alabanzas de Jiménez Losantos en la Cope.



Reportaje cedido por la revista Más+

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Un especial de Diariocrítico 
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