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Presupuestos de ciencia-ficción

Presupuestos de ciencia-ficción

viernes 21 de noviembre de 2008, 13:54h

No sé por qué los partidos políticos se empeñan en discutir los Presupuestos Generales del Estado. Su esfuerzo es tan inútil y tan baldío como querer cuantificar un texto poético de Antonio Gamoneda. ¿Cómo se valora la poesía?, podríamos inquirir en un caso. ¿Cómo se cuadran unos Presupuestos en que todos sus datos son ficticios?, deberíamos preguntarnos en el otro.

Porque eso es lo que sucede. Ni siquiera el crecimiento del PIB previsto, del 1 por ciento, es correcto, cuando hasta la OCDE dice que decrecerá un 0,9.

A partir de ahí todo está manga por hombro: los ingresos del Estado, que resultarán menores al disminuir la actividad económica; y los gastos, que aumentan a medida que Rodríguez Zapatero improvisa sobre la marcha nuevas medidas con las que paliar una crisis económica que nunca reconoció.

Nadie, ni el más listo de la clase, sabe qué va a suponer para el PIB todo este baile de millones que con destino incierto aprueba cada viernes el Consejo de Ministros. Lo único que se nos dice, con la ingenua fatuidad de Leire Pajín, es que “el G-20 no ha hecho más que poner en práctica las medidas previas de Rodríguez Zapatero”, como si éste tuviese una receta milagrosa en vez de llevarnos de cabeza a la recesión. La prueba del nueve de que lo acordado en Washington resulta tardío e insuficiente la proporciona una Bolsa que no ha hecho más que hundirse aún más esta misma semana.

Nos hallamos, pues, hablando de unos Presupuestos de ciencia-ficción, habiéndonos comido ya el último superávit presupuestario del 1,9 por ciento y yendo hacia un déficit que el mismo Pedro Solbes cree que puede rondar el 3 por ciento. La llamada a la prudencia, por cierto, viene de alguien tan poco sospechoso como Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, que pide que guardemos algo para mañana, porque la crisis aún puede ser peor.

¿Quién se acuerda, en medio de semejante lío, de la financiación autonómica, que ya tenía que estar revisada para estas fechas?

Las Comunidades Autónomas no sólo no recibirán este año los 12.700 millones más a los que aspiraban, sino que sus ingresos decrecerán, por la propia desaceleración económica y por nutrirse mayoritariamente de unas transferencias del Estado que esta vez se verán menguadas. O sea, que los respectivos presupuestos autonómicos que con igual esmero discuten los distintos Parlamentos regionales son tan utópicos y tan fantasiosos como los del Estado.

Ya ven. No sólo ignoramos a dónde nos llevará la crisis dichosa, sino que el autobús presupuestario en el que nos hemos subido no tiene motor ni chasis, aunque su conductor sigue empeñado en decirnos que funciona correctamente.

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