El hurón: Cuestión de huevos

Gumersindo está rebotado. El jodido hurón se ha enterado de las condiciones laborales de las 100.000 gallinas de la granja abulense de 'El Barraco' y pide igualdad de condiciones: Música clásica, luz natural, sistema de ventilación confortable, 8 horas diarias de descanso, nidal para poner el huevo en la intimidad y baño higiénico para lavarse  después del trabajo. Como suena. No me extraña que las hayan bautizado como las gallinas de los huevos  de oro. Ni que la Casa Real, Casa Lucio o el Hotel Ritz se rifen tan preciado manjar. Pero para huevos, los nuestros.

Repaso contundente el que propinó nuestro Picalcaba  (De Santiago-Juárez), en el Diario de León, a Zapatero y a sus huestes, especialmente el traje a la medida que le cortó a Óscar López. Para él dos huevos duros, un par que dicen “Ya te lo decía yo, jefe, este hombre pisa fuerte”, me comenta Gumer. El alcalde de León,  Francisco Fernández (“los leoneses no nos sentimos castellanos”) se ha ganado a pulso unos huevos estrellados. Para el presidente de Las Cortes, huevos hueros, estériles de culpa, de momento. La “S” volandera del Gürtel (quién será, será) es merecedora de unos huevos pasados por agua, hasta ver si escampa.

Para Miguel Alejo, delegado del Gobierno en la Comunidad, por su lucidez  en el análisis del informe Pisa (“El sistema educativo español no tiene un sobresaliente, pero tampoco tiene un suspenso”) huevos escalfados. En fin, en esta ocasión el tema me lo han puesto a huevo; eso sí, con la colaboración de “huevita”, que es el adjetivo que le da  a mi bichejo  el Diccionario del Castellano Tradicional, el que editó Ámbito, y que significa “entrometido, curioso y meticón”.

Nota.-“En medio del clamor de los aplausos, el hombre inteligente cerrará los ojos, y con la mente pedirá a los que le aclaman.¡Perdón por haber vencido!”. Lo escribió Gregorio Marañón y ojalá que Marta Domínguez, en su carrera más difícil, tenga que repetirlo una vez más.

Félix Lázaro. Periodista.