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Botín: ¡Qué gran apellido para un banquero!

Botín: ¡Qué gran apellido para un banquero!

La historia de la Transición no es posible entenderla sin tener en cuenta del papel desarrollado los "caballeros del dinero" en general y de Emilio Botín en particular. Sin lugar a dudas ha sido uno de los hombres más influyentes e importantes de nuestro país. No en vano presidía el primer banco comercial de Europa y el séptimo del mundo por capitalización bursátil.

Como ejemplo un botón: Siempre que Botín apoyaba a un candidato durante unas elecciones generales siempre ganaba. Donde ponía el ojo ponía la bala como se suele decir. No es que tuviese dotes sobrenaturales, simplemente que era mucho lo que se jugaba en cada cambio de gobierno y por eso encargaba los mejores sondeos electorales para ser el mejor informado. El Santander como el resto  de los bancos financia las campañas electorales de los principales partidos políticos y recuperan el crédito de las subvenciones que obtienen cada uno de ellos y cuya cuantía dependen del número de votos recibidos y el número de escaños conseguidos. Por tanto no se pueden equivocar al margen que invertir en leyes siempre ha sido un negocio muy lucrativo.

Recuerdo que en 1996 en plena campaña electoral le pregunté en la rueda de prensa posterior a la junta de accionista que le parecía los programas económicos de los partidos en liza "la música de programa del PP me gusta"; naturalmente a José María Aznar aquello le entusiasmó por el contrario a Felipe Gonzalez le sentó fatal: "Botín ¡qué gran apellido para un banquero!"; le contestó. Años después cambiaron las tornas y apoyó a Zapatero cuando nadie daba un euro por él y le siguió apoyando incluso en los momentos más difíciles: "Presidente, tienes que seguir en tu puesto y no tirar la toalla" lo cual   sentó fatal al PP. Pero cuando Rajoy ganó, Rajoy se puso a su servicio y le apoyó sin dudarlo un instante. Cuando el Presidente del Gobierno se enfrentó a Angela Merkel y se negó a pedir el rescate de España, allí estaba Botín apoyando mientras que otros banqueros más afines como Francisco Gonzalez pidieron públicamente la intervención de Europa y la llegada de los hombres de negro.

Botín siempre ha apoyado a los gobiernos de turno, no porque fuese un chaquetero ni un hombre de estado, simplemente porque no podía hacer otra cosa. "La banca presta un servicio público y necesariamente tenemos que estar con el que tiene el BOE". Que nadie dude un momento que hubiese hecho lo mismo en el hipotético caso de que hubiese ganado un partido como Podemos; primero hubiese intentado frenar a Pablo Iglesias, pero si a pesar de todo hubiese ganado no le hubiese boicoteado, al contrario buscaría el acuerdo.

El éxito de Botín como banquero lo baso en una combinación de audacia, riesgo, anticipación, cautela y prudencia. Así lo demostró cuando ganó la subasta para quedarse con el Banesto que había quebrado Mario Conde. Esta fue la madre de todas las compras porque le dio el músculo financiero que necesitaba para poder hacer otras de mayor calado. Se fusionó y después absorbió al BCH pagando una polémica indemnización a José María Amusategui y a Angel Corcóstegui. Fue la base para comprar el Abbey en Gran Bretaña y entrar con fuerza en Brasil, Estados Unidos y Polonia.

Sin duda internacionalizó la banca española aprovechando las oportunidades que ofrecía la gran crisis financiera del 2007. Pero no todo han sido mieles, ha tenido que pasar en varias ocasiones por la audiencia nacional acusado de fraude fiscal y apropiación indebida aunque siempre fue absuelto.

¿Especulador o genio? Probablemente fue las dos cosas a la vez, pero lo que nadie puede negar es que colocó a la banca española en la primera champion ligue y que necesitaríamos muchos empresarios como él para salir de la crisis.

La saga de los Botín sigue con el nombramiento de Ana Patricia como nueva presidenta del Santander,  es la quinta generación, no lo tendrá fácil como no lo tuvo su padre pero pondrá toda su alma para superarle aunque parezca imposible.