Máxima rivalidad

   Suele ser el término que se emplea para calificar a los encuentros de turno, entre el Madrid y el Barça. Es una de las citas del fin de semana, pero ni mucho menos es la mayor: la movilización o manifestación que ha preparado en los últimos días la dirección del PP aspira a situarse como la primera y de mayores dimensiones de cuantas se han producido en la democracia española, por encima de las que se produjeron tras la semana sangrienta que se vivió en Madrid cuando la matanza de los abogados de Atocha, mayor que las desarrolladas contra la guerra de Irak, e incluso superior a la que reunió a muchos miles de ciudadanos tras la matanza de los trenes de Atocha, precisamente hace ahora tres años. En aquella ocasión, la convocatoria la hizo el presidente Aznar, por su propia cuenta, sin contar con ningún otro partido, y nadie le discutió la iniciativa al gobierno en aquella situación crítica y de extraordinaria emotividad nacional.  

   Ahora también van a estar  Aznar y 'sus fieles' en esa manifestación que no va contra el terrorismo sino contra el jefe del Gobierno, Rodríguez Zapatero. La excusa es su decisión de enviar al etarra De Juana Chaos desde el Hospital 12 de Octubre al Hospital Donostiarra, una vez comprobado por los médicos su grave estado de salud y los riesgos de muerte a que lo estaba conduciendo su huelga de hambre en protesta por su condiciones de recluso vuelto a condenar por un delito de amenazas y enaltecimiento del terrorismo, en artículo periodístico, tras haber cumplido la pena por los 25 asesinatos que había cometido como dirigente del temible Comando Madrid de la banda terrorista.

   La máxima rivalidad de PP y PSOE no se reduce a esta movilización ciudadana, sino que se extiende a muchas otras iniciativas e instituciones. Se pelean socialistas y populares en el tribunal Constitucional por culpa del estatuto catalán, se pelean los vocales afines a ambos partidos en el Consejo general del Poder Judicial, y hasta en la OPA de Endesa: Unos apoyan la alternativa E.ON y a Manuel Pizarro, el PP,  y otros, el Gobierno, la que representan Enel, Acciona y la Sepi en el accionariado de la misma compañía eléctrica opada.

   Pero, volviendo a la manifestación de este sábado: la máxima rivalidad del PP se ha convertido ya en llamamiento a la sustitución, a la llamada "rebelión cívica", al relevo y al desprestigio total del jefe del Gobierno, tanto en España como ante unas cuantas embajadas de España en el extranjero. Es ya una enmienda a la totalidad, como cuando el "váyase, señor González" que también propició Aznar, y con éxito, en el último mandato de González, como éste mismo ha recordado en estos días en sus demostraciones de apoyo, solidaridad  y comprensión con su correligionario Zapatero. Rajoy proclama que Zapatero "ya no vale", ha quedado invalidado por la presunta cesión a la banda ETA y sus eventuales planes de legalizar nuevamente a Batasuna. Dos presunciones de culpabilidad implacables y merecedoras de un ajusticiamiento público sin derecho a la propia defensa ...