PP-PSOE: ¿Y ahora qué?

Bajo el lema “España por la libertad. No más cesiones a ETA”, el PP ha sacado a la calle a cientos de miles de personas con la pretensión de forzar una rectificación sobre la situación penitenciara del etarra De Juana Chaos, pero también de demandar al Gobierno que no ceda ante la intención de la ilegalizada Batasuna de presentarse a las elecciones municipales de mayo. Está claro que el Gobierno y el PSOE ven agravarse un problema que ya tenían sobre la mesa y que deberán mover ficha, sin renunciar a sus propios criterios, en su mayoría concertados con todas las demás fuerzas políticas, excepto obviamente el PP. Tanto la protesta de Madrid, a la que llegó gente de toda España desplazada en un millar de autobuses, como las concentraciones locales, se convirtieron realmente en un clamor contra el presidente Rodríguez Zapatero.

Hasta aquí la información básica. ¿Y ahora qué?, podríamos preguntarnos. No es fácil encontrar una respuesta inmediata, ya que el PSOE tiene un problema pero el PP, también, en la medida en que los criterios de Mariano Rajoy sólo satisfacen a sus bases y está por verse que seduzcan al electorado más moderado. Como ante este tipo de cosas suelen darse soluciones de síntesis, más que de ruptura, seguramente la salida a tanta tensión vendrá de la mano de los moderados de ambas orillas, dado que para el PP también resultaría arriesgado entregarse a su derecha extrema, política y mediática.

Mal momento, por tanto, para tomar decisiones, ya que la ausencia de un mínimo consenso con el PP condiciona las intenciones del presidente del Gobierno, mientras ETA sigue ahí y Arnaldo Otegi no se pasa, definitivamente, al terreno de la política. Unas elecciones que pongan a unos y a otros en su sitio se antoja como el mejor remedio y acaso la única manera de que el PP asuma su derrota de marzo de 2004, que, en el fondo, es de donde procede todo lo que estamos viendo. De hecho, los gritos del PP -"Zapatero, traidor", "Zapatero, dimisión"- y el discurso final de Mariano Rajoy –realmente muy duro- suenan a antesala electoral.