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El ruedo electoral

jueves 10 de enero de 2008, 12:24h
   Las encuestas fallan. Mejor dicho, fallan quienes las elaboran, y eso sucede aquí y en otras partes, por ejemplo Estados Unidos. Lo acabamos de ver con lo que le ha sucedido a Hillary Clinton. Iba ya de perdedora y de repente se ha hecho con el triunfo en New Hampshire dejando descolgado a su oponente Barack Obama, que estaba cometiendo el error de saborear las mieles del triunfo con excesiva antelación. Los admiradores de Estados Unidos dicen que si allí fallan las encuestas no nos debe de sorprender que suceda otro tanto aquí, y la realidad es que en los últimos años los sondeos indicaban una cosa y luego sucedía otra.

   Ya sé, ya sé que los que hacen los sondeos argumentan que éstos lo que hacen es marcar tendencias, pero que al final hay un instante mágico que es del ciudadano cara a cara con las urnas. Lo cierto es que al día de hoy las encuestas hablan de empate técnico, mientras hay alguna gente del PSOE que asegura que Zapatero ganará con  tranquilidad, pero que es mejor que sus votantes crean que el resultado puede estar ajustado para que se movilicen.

   A mí me parece que hasta el nueve de marzo no hay nada escrito, no hay nada determinado, aunque tengo la impresión de que, al día de hoy, Zapatero le saca al menos una ligera ventaja a Mariano Rajoy. Pero lo que está claro es que los sondeos lo que no auguran es mayoría absoluta de ninguno de los dos partidos, es decir, que o gana el PSOE por la mínima o lo hace el PP, de manera que gane quien gane tendrá que buscar apoyos para poder gobernar y esos apoyos no son otros que los de los partidos nacionalistas.

   Así las cosas, la pregunta que es inevitable hacer es quién está en mejores condiciones de entenderse con los nacionalistas, y la respuesta rápida es que el PSOE. Pero tampoco hay que contestar tan a la ligera, sobre todo porque el PP en su día demostró como podía pasar en horas de gritar 'Pujol enano, habla castellano', a rendirle todos los honores y pactar con CiU y el PNV. Eso sí, hoy hay otro partido nacionalista que ha venido a distorsionar la ya complicada política española.

   Me refiero a Esquerra Republicana de Cataluña. Esquerra va a lo suyo, y en lo 'suyo' está disponer de poder, y para eso Zapatero les viene como anillo al dedo, de manera que Esquerra apostará por Zapatero, mientras que CiU aún no lo tiene claro, depende.

   La verdad es que el peso excesivo de los partidos nacionalistas está distorsionando la política general, porque los políticos nacionalistas, a excepción hasta hace cuatro días de CiU, sólo piensan en clave local, y les importa un bledo el resto de las comunidades y de los españoles.

   Hay quienes piden una reforma de la ley electoral para poner a cada uno en su sitio, es decir, para que los partidos nacionalistas no estén lo sobre-representados que están ahora. Quizá ese debería de ser uno de los objetivos de la próxima legislatura si los dos grandes partidos pensaran menos en clave partidista y egoísta y más en clave general.

   En cualquier caso, sólo cuando un partido tenga mayoría absoluta se podrá abordar esa reforma electoral, eso sí, buscando el concurso del principal partido de la oposición y desde luego de los partidos nacionalistas que, les guste o no, deben de entender y aceptar que si bien en democracia hay que respetar y contar con las minorías lo que no es de recibo es que esas minorías se terminen imponiendo a las mayorías.

   Claro que creo que, tal como es la clase política que tenemos hoy, es impensable que sean capaces de abordar está cuestión. Mientras, los expertos electorales aconsejaran a uno y a otros técnicas para conquistar a los electores indecisos. A Hillary le ha favorecido dejar escapar unas lágrimas, no sé si un día de éstos veremos a Zapatero o a Rajoy haciendo lo mismo, pero si no es eso, será otra cosa.
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