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El nuevo 'bambi', Obama

El nuevo "bambi", Obama

jueves 17 de julio de 2008, 20:05h
El último vídeo que Internet ha elevado a rango de súper éxito en Estados Unidos gracias al todopoderoso YouTube es una nueva parodia de los protagonistas del mundo político. Aparecen todos los que en enero de 2009 se irán, los que llegarán e incluso los que seguirán sin haber estado. Y para deleite de los estadounidenses -lo visual es lo que llega-, aparecen todos ellos en forma de caricatura y entonando una canción.

Tenemos así a un George W. Bush, vestido de vaquero y haciendo algo que muchos ciudadanos desean ver lo antes posible: las maletas. Con ellas, debe largarse del aburrido Washington DC a la petrolífera Texas, pero, por desgracia, no incluye las altas tasas de desempleo, la crisis económica y unos desorbitados precios del crudo que heredará su sucesor. También está la inigualable Hillary Clinton, que se resiste a quitarse de en medio de la batalla por la Casa Blanca y que le pega un sartenazo a su marido en presencia de aquella conocida becaria, al tiempo que asegura que en cuatro años la tendremos de vuelta.

Naturalmente los protagonistas de la campaña tampoco faltan: el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama. Sus caricaturas son antológicas y toda una declaración ideológica. McCain conduce un tanque de guerra con el que apisona a Obama -quién sabe si a modo de premonición- para luego acabar cayendo al suelo en una sala de urgencias de un hospital.

Pero si alguien es la estrella del vídeo es el senador por Illinois, ese mulato que insiste en ser negro y que los negros jamás verán como uno de los suyos (pregunten al reverendo Jesse Jackson). La pieza sitúa sin complejos a Obama en el país de las maravillas, rodeado de personajes de ensueño y entre los que no falta aquel cervatillo que tan bien se conoce en España: Bambi.

La imagen de Obama corriendo entre flores de colores seguido por Bambi devuelve a la memoria al presidente Rodríguez (sí, ZP), cuando aún no presidía gobiernos ni gobiernas "Vogue", y cuando la ahora oposición le denominaba el "bambi" Zapatero. Aquel político casi aterrizado en la arena política española y que tan poco peligro parecía tener.

"Bambi" ZP ganó unas elecciones un tanto peculiares y revalidó su victoria en otras en las que la población no se encontraba en estado de shock. Zapatero dejó de ser un cervatillo mucho antes de 2008 y, pese a esos ojos azules que tanto inquietaban a Paco Umbral, mostró la fiera política que lleva dentro y gracias a la que envejece a ese ritmo anormal con el que envejecen todos los gobernantes (den tiempo a Zarkozy).

Barack Obama ha tomado el relevo a Rodríguez como "bambi" oficial de panorama político internacional. Cuando el PSOE vea el exitoso vídeo estará en la gloria: una analogía más une a ZP con el querido Obama, al que en España siempre se quiso ver como candidato y para el que ahora colocan velas en alguna iglesia, mezquita o en esos templos budistas tan de moda, a ver si llega a la Casa Blanca y el antiguo "bambi" puede visitarla de una vez.

El gusto por Obama en Ferraz se entiende, sí, pero a partes. Está claro que con un demócrata en la Casa Blanca, las relaciones bilaterales mejorarían, pero ¿es buena esa analogía Partido Demócrata-PSOE? Los socialistas y los demócratas, le moleste a quien le moleste, andan a años luz los unos de los otros. Y lo que en Estados Unidos se entiende por "el lado izquierdo" de Obama, en España haría reír. Mientras tanto, el PSOE invita al aspirante demócrata a visitar España, quizás demasiado pronto: antes debe ganar las elecciones.

Falta ver, entonces, si Obama convence al electorado como hizo el "bambi" español y si sigue seduciendo con unos discursos en los que, como ocurre en el vídeo, se oye una y otra vez la palabra change (cambio). Change, change, change y, quizás, hope (esperanza) son los sustantivos básicos del vocabulario de Obama, pero ¿serán suficientes para ganar las elecciones? De momento, los republicanos lo pintan, como en el vídeo de ciernes, como un "bambi" en toda regla: joven, inexperto y feliz de la vida.

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David Valenzuela, corresponsal en Nueva York
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