Zapatero critica a EEUU por Guantánamo y pide a Italia que “no corra por delante” respecto a la inmigración

No ha habido grandes noticias, pese a que se enfrentaban José Luis Rodríguez Zapatero y Baltasar Garzón. Se trataba de un debate moderado por la editorial del último libro del juez, “La línea del horizonte”. Pero, claro, no había discrepancias, todo lo contrario. Zapatero ha estado muy en su papel político –es decir, diplomático- y Garzón no se ha salido mucho de su guión al que nos tiene acostumbrados. En definitiva, poca cosa de debate, aunque con algún titular rebuscado.

Tampoco ha habido lleno total en el acto, que se ha celebrado en la Casa de América. Sí han acudido algunos compañeros de Garzón en la Audiencia Nacional, como el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez; algún banquero, como Emilio Botín; algún ministro, como Moratinos, o la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trini Jiménez; algunos socialistas y… la sorpresa, el ex director general del CESID (hoy CNI), Javier Calderón.

A lo largo del debate se han abordado diferentes cuestiones relacionadas sobre todo con el terrorismo y la inmigración. Acuerdo total entre Zapatero y Garzón en cuanto al problema y a las soluciones, que no pasan por las ‘recetas’ de George W. Bush en materia antiterrorista ni por las de Silvio Berlusconi en cuanto a inmigración. Sí pasan, claro, por el sistema español, muy elogiado por uno y otro contertulio.

Un campo de concentración en Cuba

Para Zapatero, “es evidente que Guantánamo no debería existir”, pero ha recordado que hay elecciones en Estados Unidos que conllevan recambio presidencial, lo cual parece decir que Estados Unidos “rectificará” esa política errónea. Otra mención ha sido para la guerra de Irak, a la que el presidente ha calificado de “bache que dejará huella”.

Guantánamo e Irak son dos ejemplos de lo que el mundo no debe hacer en materia antiterrorista, según Zapatero y según Garzón. El juez ha llegado a decir que “Guantánamo es una de las aberraciones y uno de los errores más grandes que han existido” y es “un mal ejemplo para la lucha contra el terrorismo”. Otro “mal ejemplo” es la guerra contra Irak que está dejando un saldo de 26.000 sin ningún tipo de garantía jurídica.

Frente a ello, “España tiene uno de los mejores sistemas de respuesta ante el terrorismo”, palabras de Zapatero, que se basan en nuestra propia legislación garantista, en el buen hacer de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y en la cooperación internacional, “que es absolutamente espectacular” con Francia.

Es más, el presidente consideró quizá un tanto optimistamente que el apoyo internacional con el que ETA ha contado durante décadas está radicalmente reducido y se ha mostrado convencido de que este es el momento histórico en el que la banda tiene "más rechazo de la comunidad internacional".

Parar a Berlusconi en su modelo migratorio

La otra gran cuestión ha sido la inmigración. Para Zapatero –también para Garzón- sólo puede haber un enfoque: la inmigración no es un problema al que enfrentarse con una respuesta legal –es decir, endureciendo las leyes, como proyecta Italia-, sino que precisa cooperación con los países de origen. “Sólo con cooperación se consigue la repatriación” de los ‘ilegales’ a los que haya que devolver a su país, advirtió Zapatero.

El presidente intentó ser muy cauto en este tema crucial, que estuvo a punto de convertirse en un conflicto diplomático con Italia –las famosas declaraciones de la vicepresidenta Fernández de la Vega calificando las medidas propuestas por Berlusconi de xenófobas-. “No es fácil pronunciarse sobre Italia, como he podido comprobar recientemente”, dijo Zapatero entre sonrisas.

Ahora bien, el problema de la inmigración existe y se hace preciso resolverlo: “Debemos afrontar una política común”, dijo el presidente al respecto, pero “nadie debería correr por delante”, en alusión a Berlusconi.

Finalmente, en referencia al libro que presentaba, Zapatero hizo la loa más generosa que se recuerda hacia Baltasar Garzón, al que definió como “un jurista de los derechos humanos”. “Ahí está el Baltasar pleno, el Baltasar maduro”, le dedicó Zapatero a Garzón.