Big bang Obama

Ha hecho falta siglo y medio para que el big bang Obama pulverice aquella proclama solemne de la Corte Suprema de los Estados Unidos según la cual los negros eran “tan inferiores que no tenían derechos que el hombre blanco debiese respetar”. El racismo y la segregación mundial han saltado por los aires por decisión de los ciudadanos norteamericanos que han decidido que el hombre más poderoso del mundo pertenezca a la raza predominante en muchos de los países más pobres de la tierra.

Es difícil asegurar que otro mundo es posible, aunque lo que sí resulta incuestionable es que el mundo que vivíamos hasta el 4 de Noviembre de 2008 es ya imposible. No solo ha cambiado el hombre que más va a mandar sobre nuestros destinos, es que se ha dinamitado la fe en la religión impuesta desde las metrópolis norteamericanas al mundo entero, el capitalismo feroz. Meses antes de estas históricas elecciones se habían hecho añicos también las tablas de la ley de los neocons: el sagrado mercado ha estallado por todas partes llevándonos a todos a la crisis económica más salvaje que podamos recordar. La globalización que tanto ha cambiado nuestras vidas ha hecho posible que todo el universo sea ahora víctima de la estulticia de George Bush y los lobbies financieros que le auparon hasta la Casa Blanca.

Los ciudadanos norteamericanos han tardado siglo y medio en acabar definitivamente con el racismo en su país. Ojala que la liberación de los efectos inhumanos y destructivos del capitalismo salvaje nos lleve menos tiempo a todos los demás. En este caso también debe ser verdad el Yes we can.