Obama ante la Casa Blanca

Estados Unidos vive una jornada decisiva. Así lo demuestra la alta participación que se estima en los comicios, ya que el 75 por ciento de la población se ha registrado para votar. Esto supone cerca de 153 millones de electores.  No se había registrado tal movilización desde que se aprobara el sufragio femenino en 1920. La población quiere participar en este momento clave, en un momento de cambio, entiende que tiene que tomar partido.

Barack Obama es, sin duda, el más beneficiado por este fenómeno. Y es que, en realidad, él lo ha provocado. El trabajo que ha realizado hasta ahora lo sitúa en una inminente victoria. Durante los 21 meses que ha durado su campaña hasta este día, ha sabido conectar con el electorado y ofrecerle lo que quería. Así, su campaña se ha sustentado a la perfección en el mensaje, tanto en el contenido como en el continente. 

El contenido de su mensaje ha sido bien sencillo: cambio. Consciente del hastío general hacia la administración Bush, Obama luchó desde el comienzo por un cambio. La población entendió que era el momento de reaccionar, de alejarse de los políticos que hasta entonces habían dominado Washington, y por eso se inclinó hacia él en las primarias demócratas. Ahora, con una crisis internacional en juego, la balanza se vuelve a inclinar hacia Obama al evidenciar que es necesario un cambio, un cambio con respecto al modelo mantenido hasta ahora. Por otro lado, el continente del mensaje ha estado perfectamente orquestado. Al contar con fondos prácticamente ilimitados, Obama ha podido disponer de una presencia mediática nunca antes vista. El espacio televisivo que compró en cuatro cadenas de televisión en horario de máxima audiencia, fue un ejemplo de todo lo que estaba dispuesto a hacer por llevar su mensaje a la población.

Sin embargo, John McCain, ha fallado en estos planteamientos. No ha sido suficiente con su frase “Yo no soy el señor Bush”, para alejarse del continuismo del que se le acusa. Sus 72 años, que lo convertiría en el presidente de mayor edad en tomar el cargo, no lo hace baluarte del cambio que se necesita. El mensaje que ha pretendido transmitir ha sido el de experiencia, algo que aunque es digno de tener en cuenta, no es lo que necesita la población americana ahora, sino ideas nuevas que saquen al país de donde está. Incluso ese menaje de seguridad y de confianza en la experiencia del veterano senador, ha sido desdibujado por su número dos, Sarah Palin. La inexperiencia de la gobernadora de Alaska, sus escándalos y su excesivo protagonismo, ha chocado de lleno con el mensaje y el estilo de McCain.

Estos factores son los que pueden llevar al primer afroamericano a la presidencia de Estados Unidos. Obama, dentro de escasas horas, podría ser proclamado vencedor de las elecciones con una ventaja de más de 100 votos electorales sobre su rival McCain. La cifra de votos hacia los demócratas podría alcanzar los 320 o incluso superar los 330 votos electorales. Esto supondría una victoria aplastante y rotunda, como su mensaje de cambio.

*Sanchís y Heredia en Campaña
Eduardo Heredia es estudiante de Postgrado