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El presidente valenciano tira ahora de victimismo extremo

Camps, a un socialista: 'Le gustaría ir de madrugada a mi casa y que yo apareciera boca abajo en una cuneta'

Camps, a un socialista: "Le gustaría ir de madrugada a mi casa y que yo apareciera boca abajo en una cuneta"

> El líder del PP de Valencia se agarra a la táctica de responsabilizar a la oposición de los ataques

jueves 12 de noviembre de 2009, 11:42h
Que el caso Gürtel monopoliza las sesiones de control en Les Corts no es ninguna novedad. Pero este jueves el punto de ebullición del debate político entre el presidente de la Generalitat y el portavoz socialista llegó a límites insospechados. Tanto que, en un momento del ‘cara a cara’, Francisco Camps acusó a Ángel Luna de desearle la muerte. “Le encantaría coger una furgoneta, venirse de madrugada a mi casa y por la mañana aparecer yo boca abajo en una cuneta", aseguró. Esta frase, adobada con aplausos de los diputados del PP, provocó que el síndic del PSPV acusara al jefe del Consell de sufrir una “enajenación”.
Y es que la sesión de control ya venía calentada en los últimos días. Los socialistas preguntaron al presidente sobre los cambios en la cúpula del PP que han dejado a Rafael Blasco como portavoz en Les Corts. Precisamente, éste se estrenaba desde la tribuna para “tender la mano” a la oposición, aunque el consenso para los grandes temas sea una utopía en el Parlamento valenciano desde que apareció en escena en febrero el asunto de los trajes. El enfrentamiento ya cotidiano llegaba a la Cámara autonómica con la querella de cuatro diputados del PSPV –entre los firmantes está Luna- como ‘telonera’ de una sesión en la que el presidente optó por la máxima de pasar al ataque.

El primero en sacar a relucir la denuncia contra los dirigentes de la cúpula del PPCV y las constructoras que aparecen en el polémico informe policial del Ministerio de Interior fue Luna. “Qué tiene que hacer la oposición, cerrar los ojos ante un informe sobre corrupción y participar en un sistema político-corrupto”, preguntó al presidente que, anteriormente, le acusó de no atender a problemas como el agua, el AVE, la financiación o la seguridad. “No renunciaremos a ser alternativa de gobierno y defenderemos la igualdad ante la ley”, añadió el portavoz del PSPV que volvió a vaticinar una caída inminente del presidente en manos de su partido.


Empresas

Ante el envite, Camps volvió a desprestigiar la figura del portavoz –“no ha respondido cómo llegó a su escaño", le espetó una y otra vez- acusándole de hablar con las “vísceras”. Cumplido el cuerpo a cuerpo, el presidente ahondó en la estrategia del PPCV ante la querella avalada por el líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte. “Ponen en peligro 10.000 empleos –en referencia a las empresas querelladas-, vaya casa por casa de los trabajadores a explicar las sombras de sospecha que lanza”, retó Camps a Luna.

Además, el jefe del Consell sacó a relucir el pasado laboral del síndic socialista para recordarle que, en su día, trabajó para una de las empresas –la constructora de Enrique Ortiz- que ahora han sido denunciadas. “Ha traicionado la mano que le dio de comer”, denunció. Después sacó la frase, pasándose de frenada, de la cuneta y la camioneta.


El presidente toma el mando

La tensión fue tal que tanto el presidente como Luna monopolizaron el debate en todas las preguntas cortas en las que, cada jueves, suelen tener protagonismo los consellers y los diputados de la oposición. En la primera cuestión, el portavoz socialista acusó al presidente de “esconderse detrás de los empresarios y de la bandera del Consell y las instituciones”, al tiempo, que le retaba a ofrecer los expedientes sobre los contratos de la Administración autonómica. A este planteamiento, Camps replicó con una defensa del “trabajo excepcional” de los funcionarios y proclamó que él está “delante” de las instituciones. En su segunda intervención corta, Luna se enzarzó con el presidente sobre el concepto democrático que tienen ambos para acabar con una sentencia: “les sacaremos las respuestas a las preguntas que no contesta en los juzgados”.

Por su parte, el jefe del Consell reiteró su frase preferida desde que comenzó el lío Gürtel: “Nada que ocultar, nada que callar”. Para acabar con otro dardo hacia el principal partido de la oposición: “La palabra corrupción va adherida a la palabra socialista”.
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