Nuestro especialista en Europa analiza el 'Sí' al Tratado de Lisboa

"Irlanda dirá sí", lo dimos como seguro en Diariocrítico hace ya 72 horas, y así ha sido. En efecto hacia las 2:30 de la tarde, del sábado 3 de octubre el Primer Ministro Irlandés Brian Cowen, proclamaba el triunfo del “sí” en el referéndum Irlandés sobre el Tratado de Lisboa, manifestando “hoy hemos hecho lo adecuado para nuestro futuro. El futuro de Irlanda esta en Europa, somos mejores si estamos juntos”.

La historia se repite, Irlanda dijo no al Tratado de Niza, Irlanda dijo no en referéndum de 8 de junio de 2001 con un 53,87%  no y un 46,13% sí, y tuvo que realizar un segundo referéndum un año después el 19 de octubre de 2002, esta vez con un 62,89% si y 37,11% no. Siete años después el 12 de junio de 2008 Irlanda volvía a decir no al Tratado de Lisboa, con un 53,4 % no y 46,6% si, y un año después el referéndum de 2 de octubre de 2009 da como resultado un 67,1% si es y un 32,9% no. La primera conclusión que puede realizar cualquier lector es que Irlanda, el único país que esta obligado hace consultas por referéndum hace valer en primera instancia su preocupación ante un mayor desarrollo político de la Unión Europea, pero cuando se le vuelve a preguntar, cierto es que con importante garantías en cuestiones también políticas pero bastante ajenas a lo que supone en sí el Tratado -en concreto en materia de aborto y defensa sobre las que un anexo deja fuera a Irlanda- y se le pide que se pronuncie de nuevo si quiere estar dentro de un proyecto europeo más avanzado que es lo que en realidad supone el Tratado de Lisboa, los irlandeses vuelven a reflexionar y cambian claramente de actitud, el resultado es tan claro en 2009 como lo fue en 2002, cerca de 3 de cada 4 irlandeses dicen si. El apoyo de Irlanda a la Unión es total y concluyente.

El Presidente del Parlamento Europeo, el polaco  Jerzy Buzek, dice que Irlanda ha vuelto al corazón de Europa y la Ministra de Asuntos Exteriores de la Unión dice que esta vez se ha explicado mejor a los irlandeses lo que significa el Tratado. También habría que pensar que los partidarios del no han hecho peor su trabajo sobretodo el empresario y activista político Declan James Ganley, un magnate vinculado a la empresa norteamericana Comcast, fundador de “Libertas” grupo de presión que impulso el no de 2008, pero que no pudo obtener en junio un acta de eurodiputado, precisamente porque era manifiesta su vinculación a otro tipo de intereses y de negocios. Ganley  manifiesta que ahora reflexionara sobre una retirada silenciosa de la política, quizá porque también calcule que la postura de los Estados Unidos con respecto a la Unión Europea irá por el camino de una buena alianza estratégica, a diferencia de cómo lo vería el propio Ganley cuando Donald Rumsfeld, el poderoso Secretario de Defensa opinaba con su estilo seco que los viejos países fundadores de la Unión, léase Alemania y Francia ya no tenían tanta influencia. Reino Unido o si queremos Gordon Brown no parece que domine ahora el escenario de las relaciones trasatlánticas y es claro que las relaciones de Merkel y Sarkozy con los Estados Unidos son excelentes y llenas de confianza mutua en los grandes temas mientras caminamos a un mercado común trasatlántico. Por lo menos Ganley después de su doble fracaso podrá ganar algún dinero con su empresa Capital Route de alquiler de vehículos para trasladar a ejecutivos por las capitales, europeas porque evidentemente el Tratado de Lisboa también le beneficia en esta su última empresa. Algo es algo.

Pero volvamos a lo que nos interesa, que es el “si” de Irlanda. Esta claro que es un voto afirmativo sin paliativos y que es un triunfo del europeismo que le permite decir al Presidente del Ejecutivo Europeo, Barroso “Gracias Irlanda, ahora todos los Estados Miembros han aprobado democráticamente el Tratado”. Consecuentemente también la Unión Europea aprenderá una lección sobre la necesidad de motivar a la ciudadanía para lograr mayorías convincentes y lo más importante conseguir que los europeos apoyen una Unión Europea mas fuerte, o como acaba de decir Javier Solana, una autentica figura en la construcción política de la Unión, “una Europa mas unida y mas eficiente”. Quedan ahora dos pasos la firma del Presidente polaco y del Presidente Checo y queda también al margen la postura de los conservadores Británicos y un pequeño conflicto regional en Finlandia. Después vendrá el desarrollo del Tratado y sobre todo la designación de los dos grandes cargos: quien será el Ministro de Asuntos Exteriores –Alto Comisionado- y quien será el Presidente de Europa. Un británico para Exteriores y un holandés tienen las mayores papeletas. Los grandes que sonaban como Blair y González, consagrados ya por la historia están ya en otros temas. Para saber quienes tienen mayores posibilidades hay que hacer un análisis geográfico del reparto actual de las grandes responsabilidades en las Instituciones Europeas pero también estratégico, y en todo caso hay que convencer al menos a los tres grandes. El ex primer Ministro Belga Jean – Luc Dehaene con quien mañana estaremos en Peñarroya, acaba de decir que el elegido debería ser de un Estado “en el corazón de Europa”. A que corazón se refiere al político, al económico o al geográfico. Pensamos que a todos al mismo tiempo. Un europeísta convencido capaz de convencer.