Gallardón somete la continuidad de Cobo a votación y se salva por los pelos

La propuesta la pusieron sobre la mesa 13 concejales del equipo de Gallardón en la reunión preparatoria del Pleno municipal que se celebrará este jueves. Según las fuentes consultadas, antes de comenzar a examinar las propuestas el concejal Ángel Garrido pidió la palabra declarando que Manuel Cobo había dejado de representar con su algarada a una parte "muy importante" del Grupo Municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid. Si había trapos sucios, declaró, debían lavarse de puertas para adentro y no exponiendo públicamente al PP a lo que sería tomado por sus rivales y por la opinión pública como una guerra interna y encarnizada por el poder en Caja Madrid y en la propia formación.

A las reivindicaciones de Garrido, que provocaron un "tenso" debate, se fueron uniendo progresivamente más concejales. Al final, éstos pidieron votar a mano alzada, a cara descubierta, la destitución del hombre de confianza del alcalde. Alberto Ruiz-Gallardón, en un gesto sin precedentes, accedió a resolverlo por vía democrática.

Ana Botella, de parte de Cobo

De esta forma, y según ha podido saber este digital, Isabel Martínez-Cubells (Chamberí), Fernando Martínez-Vidal (Moratalaz), Íñigo Henríquez de Luna (Salamanca), Ángel Garrido (Villa de Vallecas), Carlos Izquierdo (Carabanchel), Jesús Moreno (Usera), Begoña Larraínzar (Latina), Luis Miguel Boto (Chamartín), Luis Asúa (Retiro), Eva Durán (Puente de Vallecas), Elena González (Fuencarral-El Pardo), Elena Sánchez Gallar (Hortaleza) y Joaquín María Martínez (Villaverde) levantaron el brazo para que Cobo abandonase sus responsabilidades. Pero 19 de sus compañeros, entre la que se encontraba la teniente de alcalde, delegada de Medio Ambiente de Madrid y mujer del ex presidente José María Aznar, Ana Botella, votaron a favor de que el vicealcalde, Manuel Cobo, continúe ocupando la Portavocía del Gobierno local. Álvaro Ballarín (Moncloa) y Carmen González (San Blas) no estaban presentes (fuentes municipales no pudieron precisar las razones), mientras que el alcalde votó, como no podía ser de otra manera, a favor de su mano derecha.

 Acabada la votación, Gallardón declaró que el "espíritu democrático" había proporcionado una decisión salomónica y que, por tanto, su mano derecha no perdía la confianza. Los promotores de la moción así lo asumían y se comprometían a seguir trabajando por el Grupo Popular sin que ello supusiese de ninguna manera una ruptura interna ni de la disciplina de voto. Así lo declaraba el propio Ruiz-Gallardón a los medios a la salida de la reunión y lo confirmaba horas más tarde el concejal Ángel Garrido en declaraciones a nuestros compañeros de Madridiario. "Creemos que las declaraciones del portavoz debían conllevar la pérdida de la confianza. Por ello hemos solicitado una votación, pero se acata la decisión de la mayoría. Ahora vamos a seguir trabajando", subrayaba el concejal presidente del distrito de Villa de Vallecas.

Se sigue exigiendo sanción

Este respaldo a Manuel Cobo no supone ni mucho menos que el sector 'aguirrista' del PP de Madrid de una tregua al vicealcalde. Miembros de Génova 13 confirmaron que el proceso por el que se pide una sanción para Cobo por sus palabras sigue en marcha. Madrid ha pedido a Rajoy a través de su Comisión de Derechos y Garantías que "juzgue" si sus palabras son merecedoras de sanción según el reglamento interno de los populares, algo de lo que el entorno de Esperanza Aguirre no tiene "absolutamente" ninguna duda.

Para los partidarios de la presidenta e incluso para los que no lo son, Cobo -con total permiso y conocimiento de Gallardón, recalcan-, ha ido en esta ocasión demasiado lejos. Si Mariano Rajoy no actúa contra él, Aguirre no se sentará a negociar la presidencia de Caja Madrid ni la candidatura de Rodrigo Rato a la misma. Sea cual sea la solución, los miembros del partido consultados aseguran que la brecha entre Rajoy, Aguirre y Gallardón es esta vez demasiado profunda como para cerrarse con buenas palabras y vaticinan que la guerra acabará "mal".