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Análisis de nuestro experto en Europa

La Presidencia española ante el Parlamento Europeo

La Presidencia española ante el Parlamento Europeo

miércoles 20 de enero de 2010, 18:43h
Estaba previsto que en la primera sesión plenaria del Parlamento Europeo de este año 2010 se presentasen las prioridades de la Presidencia española del Consejo de la Unión, que corresponde en turno rotatorio al primer semestre de 2010; y, tal como estaba previsto, el Presidente Rodríguez Zapatero intervino ante la Cámara europea con una bien preparada exposición, realmente memorizada si consideramos la intervención y el texto del discurso que nos ofrece la página de la Presidencia española y las notas que tomamos al respecto. En todo caso, fue un discurso expresado con gran seguridad y aplomo, realmente bien construido en términos formales y bien pronunciado en el que manifestó que España es un país leal con Europa y comprometido con la Unión y, asimismo con su nueva arquitectura institucional establecida por el reciente Tratado de Lisboa. Como prioridades de este periodo, el Presidente español comenzó por aludir a la grave crisis económica de la Unión Europea manifestando que había de mantenerse el Pacto de Estabilidad, cumplir las indicaciones establecidas para 2013 y articular la estrategia económica para 2020. Seguidamente hizo hincapié en la dependencia energética del conjunto de la Unión y en la necesidad de establecer un Mercado Común de la Energía, pasando a continuación, como gran tema, a la necesidad de inversión en nuevas tecnologías y a la realización de avances en el mercado digital, subrayando como gran objetivo de la industria sostenible el vehículo eléctrico para finalizar con necesidad de realizar un esfuerzo en el campo de la investigación y de la excelencia académica.

"Lealtad cooperativa"

Con respecto a las Instituciones, tras elogiar el papel y la posición del Parlamento Europeo, reforzado por la nueva arquitectura institucional, manifestó tener como hilo conductor de su gestión en la Presidencia en turno, la “lealtad cooperativa”, finalizando su discurso con una referencia a la política exterior, señalando como objetivos la seguridad compartida, la energía, la promoción y extensión de la apertura comercial y de la transferencia tecnológica y la ayuda a la cooperación al desarrollo., cerrando la intervención con su propósito de impulsar las reformas referidas a la ciudadanía europea y concretamente a la puesta en marcha de la iniciativa popular, prevista en el Tratado de Lisboa, y a la igualdad entre hombres y mujeres.

Seguidamente, como corresponde al propio acto, los líderes de los correspondientes grupos políticos, realizaron sus correspondientes intervenciones, a las que precedió una exposición del Presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso bastante contundente que comenzó en lengua española, manifestando por tanto una cierta consideración y aprecio a nuestro país y al jefe del ejecutivo español. Cabe recordar que Durao Barroso se enfrenta ahora en la Cámara por el nombramiento del nuevo ejecutivo europeo, para el que requiere el voto de confianza del Parlamento tras superar algunas dificultades que trata de resolver. Barroso recordó el esfuerzo que la Unión Europea viene realizando con Haití y aludió a la vocación especial de España con Latinoamérica manifestando su deseo de que la cumbre Unión Europea – Latinoamérica y Caribe sea un éxito, para pasar inmediatamente a los temas económicos y a la estrategia 2020 así como las necesarias medidas a medio y a corto plazo y a la necesidad de establecer compromisos de los Estados en los asuntos sociales en el marco del establecimiento de unos mecanismos de coordinación que necesitan el apoyo de todos.

Sanciones económicas en la UE

El primero de los grupos que intervino en la Eurocámara fue el Partido Popular Europeo en boca del Presidente de su grupo parlamentario. Joseph Daul quien en alguna medida justificó la discutida intervención que había tenido el 8 de enero el Presidente Zapatero al aludir a la posibilidad de establecer sanciones a los países que no cumplieran los objetivos económicos. En tal sentido manifestó que no hay que tener miedo de hablar de política con una P mayúscula y que la política económica y social es el gran debate, pero inmediatamente recordó que España era un país señalado con un 20% de paro y un déficit público del 11%, manifestando textualmente “no estoy seguro que las soluciones que usted y la familia política a la que usted pertenece, proponen, sean las más adecuadas.”, refiriéndose al incremento del gasto público y a la política sobre las pequeñas y medianas empresas, finalizando con desear lo mejor para este semestre, tras el cual se pueda decir que hemos hecho avanzar Europa. Continuó con su intervención Martin Schulz, el líder del Grupo de la Alianza Progresista de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, sucesor de Enrique Barón y futuro Presidente del Parlamento en 2012, manifestando que el programa presentado por la Presidencia española estaba lleno de ambiciones y giraba sobre cuatro ejes, el empleo, las innovaciones tecnológicas, la formación y capacitación y la gobernanza económica europea, proclamándose defensor del modelo español referido probablemente a las propuestas sociales y de igualdad, entendiendo que ello tría una bocanada de aire fresco y declarando textualmente que había que trasladar el modelo español a Europa, como un gobierno de vanguardia, refiriéndose a la violencia de género como una lacra y reprochando al sistema financiero que obtenía dinero público pero que no lo utilizaba para dar créditos sino para seguir especulando, desbaratando la cohesión social; proponiendo el control de los servicios financieros.

El método no funcionó en Lisboa

La tercera intervención de los grupos parlamentarios la realizó el Presidente del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, Guy Verhofstadt, quien defendió claramente la posibilidad de imponer sanciones con respecto al cumplimiento de la Estrategia 2020, manifestando que el método no funcionó en Lisboa y que hay que cambiarlo, estableciendo una coordinación abierta, contestando de este modo al ministro de economía alemán que rechazó la sugerencia del Presidente español. Asimismo fue categórico en la Estrategia Europea Medioambiental, manifestando que en Copenhague fracasó nuestro planteamiento y que la estrategia no funcionó, entre otras razones, porque había 8 líderes europeos con voz y opinión y que hay que tener una voz responsable, como sucede con la OMC y que siendo realistas los problemas del mundo los resuelven los imperios, concretamente en esta materia un acuerdo trilateral UE-EEUU-China. Continuó el portavoz del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, Daniel Cohn-Bendit, para quien hay diversas crisis pero, sobretodo, una crisis ideológica, consecuencia de la producción destructiva, señalando a continuación la necesidad de establecer un pacto a favor del ahorro energético y planteando como proyecto europeo de transporte no el coche eléctrico, sino un gran proyecto europeo de tranvías como posible solución sobretodo para Europa Central y del Sur, concluyendo en un área que el conoce bien, que el Proceso de Bolonia se había desviado de su objetivo inicial y que la respuesta estaba en la calle, en las protestas de los estudiantes, cuando lo importante es la homologación de los títulos europeos y no la burocracia. Por el grupo Conservadores y Reformistas Europeos, Timothy Kirkhope, volvió a criticar la sugerencia del Presidente español sobre la posibilidad de imponer sanciones, manifestando que eso es profundamente inquietante y que huele a control centralista de la economía, diciendo claramente al Presidente español que primero hay que arreglar su propia casa; para concluir con una referencia a la política exterior manifestando que el gobierno iraní no merece nuestra confianza. Por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, intervino el español Willy Meyer, quien criticó al gobierno español su no intervención en sectores estratégicos en el mercado, entre ellos el sector financiero, concluyendo con una alusión a la próxima cumbre con Marruecos en la que, en su opinión, debía partirse del reconocimiento del derecho de autonomía del pueblo Saharaui, manifestando que a esa cuestión debía de dedicarse una Cumbre europea. Finalizando por los grupos políticos Europa de la Libertad y de la Democracia, Marta Andreasen, quien atacó duramente la falta de infraestructuras y servicios en la costa española, exigiendo el derecho de indemnización correspondiente a los inversores, cerrando este ciclo de intervenciones por los no inscritos, Francisco Sosa Wagner, que aludió al despilfarro de la energía y a la defensa de los derechos humanos en el mundo, sugiriendo una acción sobre el reconocimiento del Sahara y el reconocimiento de las organizaciones que se oponen a los gobiernos de Cuba e Irán.

Esquema de la Comisión para 2013

La respuesta del Presidente del gobierno español y Presidente del Consejo en turno rotatorio, fue menos retunda que su discurso inicial; pausada, genérica y con un tono muy respetuoso en términos institucionales, calificándose de humilde, quizá por asumir perfectamente el peso de la institución parlamentaria europea, manifestando que el incremento de gasto público ha sido una necesidad que habrá que corregir cuando las circunstancias lo permitan, comprometiéndose a cumplir el esquema de la Comisión para 2013, con un plan de austeridad fiscal exigente y corregir los entornos que han favorecido la especulación en el terreno financiero y en el terreno inmobiliario. Más contundente fue la intervención del Presidente del ejecutivo, Durao Barroso, quien, blandiendo el Tratado de Lisboa, defendió el importante papel que desarrolla la Comisión en temas de agenda climática y, sobretodo, en política económica, recordando a los dirigentes europeos y al propio Presidente del Consejo, los artículos 120 y 121.2 que textualmente atribuye a la Comisión elaborar un proyecto de orientaciones generales para las políticas económicas de los Estados miembros y de la Unión y presentar un informe al respecto al Consejo Europeo, sin que olvidemos, o al menos yo lo añado, que cuando se compruebe que la política económica de un Estado miembro contradice las orientaciones generales mencionadas o puede poner en peligro el correcto funcionamiento de la unión económica y monetaria, la Comisión podrá dirigir una advertencia a dicho Estado miembro.

Hemos de aludir por último a las numerosas intervenciones de los eurodiputados, que ponen de manifiesto la inmediata asunción de su responsabilidad y papel histórico de los nuevos parlamentarios. Los españoles fueron contundentes; Mayor Oreja dijo que antes de la crisis hay una crisis de valores, que hay que aprovechar esta ocasión para comunicar a los ciudadanos europeos ideas claras y que lo que importan no son los discursos ni los lugares comunes, sino los resultados. Juan Francisco López Aguilar señaló el momento crucial de la Presidencia española, el impacto de la crisis, la necesidad de reafirmar valores, fundamentalmente el de igualdad ante la ley, la lucha contra la violencia de género, cuestión muy considerada en todo el discurso parlamentario, y el acierto en los contenidos de la Presidencia española, incluyéndose la puesta en marcha del Servicio Exterior. Las intervenciones de los eurodiputados nacionalistas vascos y catalanes, plantearon varias quejas; la escasa intervención de las regiones, la reducción de los presupuestos en investigación por España, el envío tarde y mal de su calendario de la Presidencia española, la no realización de las reformas económicas necesarias y las declaraciones populistas: “Las reformas hacen más avanzar más a los países que las revoluciones”.

Una intervención brillante

Particularmente opino que la intervención del Presidente Rodríguez Zapatero fue brillante y en la línea europeísta de su partido, apoyada en algún modo por los populares al recordar el eurodiputado Luís de Grandes, el pacto parlamentario español para el desarrollo de la Presidencia en nombre de la imagen exterior de España. Algunos temas planteados en ocasiones por la política exterior española, quedaron fuera pues el discurso fue particularmente prudente en política exterior, en donde la Unión Europea tiene ya nuevos protagonistas institucionales y no particularmente el Consejo ni la Presidencia semestral. Puede decirse que independientemente de la posible inoportunidad del 8 de enero de aludir al tema de las sanciones por parte de la Presidencia española del Consejo, quedó manifiesto en el Parlamento, y desde luego el propio Parlamento lo tiene claro, que no habrá una estrategia 2020 que sea fiable ni que vaya a tener éxito si no se impone al voluntarismo de los Estados.
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