Cómo hemos cambiado

España vive instalada en la tranquilidad. No hay debates. ¡¡¡Cómo hemos cambiado!!! Uno que ya peina canas se acuerda de otras citas, incluso la reciente de Austria y Viena, donde España entraba en competición con más de un asunto por resolver. Tiren de hemeroteca. Comprueben lo que sufrieron Clemente, Camacho, Sáez incluso Luis Aragonés antes de empezar cualquier gran competición. A Del Bosque nadie le tose. Nada se le cuestiona. Ni siquiera que no haya un equipo base. Ni un sistema. Da igual. España tiene su identidad y eso es lo que cuenta. Jugar con uno o dos delanteros es anecdótico. Lo que antes hubiera sido un sacrilegio ahora es anecdótico. Y eso es bueno para la selección. Bueno, pero aburrido.
   
Me cuentan desde Sudáfrica que la concentración es monótona. “Menos mal que hemos venido tarde porque sino aquí …” y están deseando que empiece el baile. Por cierto, antes de que se me olvide, como criticar a la selección crea enemigos ahora ya no se toca ni al, otrora ínclito Villar, que apareció ayer domingo por la concentración y hasta recibió parabienes de los enviados especiales, aunque ya se sabe que el presidente de la Federación camina por la vida por encima del bien y del mal. En eso no cambia. Ni cambiará.

Lo que sí ha cambiado en esta selección es el timón de mando que Del Bosque ha puesto en manos de los jugadores del Barcelona o mejor dicho lo ha potenciado. Y así Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta y el recién fichado Villa serán titulares ante Suiza. De estos sólo dos, Piqué y Busquets, no estuvieron en Austria pero ahora son jugadores básicos para el entrenador y la selección. Y, por si fuera poco, Pedro Rodríguez ha entrado con fuerza y es el revulsivo por si las cosas no van tan bien como se espera. Incluso hasta Víctor Valdés ha potenciado el único amago de debate polémico en la portería por vez primera desde el debut de Casillas. Lo dicho. Esta selección huele a Barça. Y además gusta. Lo repito. ¡¡¡ Cómo hemos cambiado!!!


Alberto Martín
Subdirector de Diario Gol Madrid