Contador. sanción injusta pero legal

Las normativas, y no sólo las relacionadas con el deporte, deberían tener no sólo su oficialidad legal, sino que deberían adornarse con la ética, la moral y la justicia. Pero... Si así fuera, Alberto Contador no habría sido sancionado por la Real Federación de Ciclismo (RFEC) , de momento, por el polémico caso de su teórico dopaje son clembuterol. Sim embargo, esta sustancia, pasada de moda como dorga para aumentar el rendimiento y no sólo en el deporte de las dos ruedas, sino inclusive en el atletismo y la halterofilia, está considerada ilega, sea cual sea la cantidad que se encuentre en la analítica. Porque o se ha tomado o no se ha tomado, aun de forma involuntaria, como todo indica en el caso del 'campeonísimo' español.

Y da igual, en tal aspecto, más o menos discutible, que fuesen esos ridículos 50 picogramos -un picogramo es ¡la billonésima! parte de un gramo-, por suerte o desgracia,más bien esto último para el de Pinto, la cantidad no importa. Su explicación de que esa ínfima cantidad pertenecía al ya famoso filoete de carne comprada en un establecimiento de Irún, tiene todos los visos de credibilidad. Si a ello unimos que incluso habiendo ingerido billones más de esos 50 picogramos, para nada aumentaría su rendimiento sobre la carretera, sin olvidar que sería de tontos hacerlo porque después, al ir de líder del Tour, tras todas y cada una de las etapas debe pasar controles antidopaje.Es más, podemos agregar también su inmaculado expediente en los centenares de análisis que ha sufrido a lo largo de su carrera, y los que le hicieron después de ese que ahora le condena, está claro que en ningún momento se le puede considerar ni ética ni moralmente culpable. Pero... claro, la norma es la norma -es un buen momento, quizás, para cambiarla- y el clembuterol está en la lista de las sustancias prohibidas, sea cual sea la cantidad que aparezca en los análisis.

De modo que para cualquier persona bienintencionada, catadura que no puede aplicarse a los rectores de la Unicón Ciclitas Internacional (UCI) ni la Asociación Mundial Antidopaje (AMA), siempre sospechando y atacando a los ciclistas españoles y que tanto han presionado a la Federación para esta decisión, Alberto Contador es inocente y su sanción, aunque legal, es profundamente injusta. Y, lo que es peor, aunque la recurra, como ha anunciado -esperemos que no lleve a cabo su amenaza de retirarse, aunque es comprensible por su orgullo herido- a Contador le espera un víacrucis jurídico de muchos meses y, también es peor, no podrá participar no sólo en el Tour 2011, sino que ni siquiera en la Vuelta, que empieza el 20 de agosto, cuatro días antes de cuando le cumple el plazo. En definitiva que la cornada sufrida por el considerado como mejor ciclista del mundo -amén de privarle de su triunfo en la última ronda gala- es de pronóstico muy grave y le afectará muy seriamente no sólo a su prestigio, sino a su carrera.

Todo lo cual no significa que desconozcamos los problemas del dopaje en general y muy específicamente del ciclismo, pero también sabemos que unos de los máximos responsables, los organizadores y las televisiones con rondas cada vez más exigente en kilometraje y puertos de montaña -a veces inhumanos- y los federativos y mandatarios nacionales e internacionales que sólo buscan el espectáculo por el espectáculo -a costa de facilitar ese dopaje para poder aguantar- con su afán recaudatorio. También es algo injusto... pero legal.

Informaciones relacionadas

Contador, sancionado por un año por su positivo por clembuterol