Tanto el PP como el PSOE mantienen la Guardia Civil en la misma situación insostenible

Eso es una estratagema de mis superiores para volver a engañarme. Lo único que pido es que se abra una investigación de la situación que llevo viviendo desde hace seis años

La Unión de OficIales me ha dado todo su apoyo y ha solicitado la convocatoria urgente del Consejo de la Guardia Civil, a la que se ha sumado la asociación de suboficiales pero no AUGC, la asociación de guardias civiles

Mi familia está sufriendo mucho y me da todo su apoyo, pero mayor ha sido su sufrimiento en los últimos seis años.

Peor es el frío de la noche, pero tengo el apoyo de mucha gente

La cúpula del Cuerpo está compuesta por oficiales procedentes del Ejército de Tierra. Las preocupaciones que tienen son llegar a los más altos puestos del generalato.

Soy Guardia Civil y militar. No estoy conforme con la desmilitarización, porque me siento orgulloso de ser militar y Guardia Civil, pero en absoluto estoy de acuerdo con los abusos de estos pseudomilitares que controlan la Guardia Civil. Ser militar es ser ante todo una persona, no un sinvergüenza.

Sí.

Efectivamente, es cierto.

En el Metro lo volvería a repetir porque es mi obligación. No es la primera vez que intervengo estando fuera de servicio y desarmado.

Sí, pero necesita una gran reforma.

Tengo previstas futuras acciones legales contra autoridades políticas.

Por supuesto que valió la pena. Cada vez que he tenido que enfrentarme a una situación complicada, sé quién es mi enemigo, pero la situación más complicada es ver que mi enemigo viste mi mismo uniforme y está en mi propia casa.

En absoluto. Las asociaciones están luchando por la democratización de la Guardia Civil. Si no fuera por las asociaciones, especialmente por el SUGC, cuyos componentes sufirieron la Operación Columna, yo no podría ni siquiera ejercer mi derecho a la libertad religiosa.

Ellos pretenden hacerme pasar por loco. He solicitado reiteradamente ser examinado por una junta médico-pericial especializada en psiquiatría y me lo han denegado reiteradamente. Sin embargo, he sido diagnosticado de enfermedad psiquiátrica por una junta médico militar compuesta por urólogos y otros especialistas que nada tienen que ver con la psiquiatría.

Yo no estoy montando ningún circo. He acudido a los tribunales desde le primer momento, en el año 2006. Antes de eso, acudí porconducta reglamentaria a mis superiores, que lo único que hicieron fue ocultar el problema bajo la alfombra.

En principio he recibido apoyo de todas, pero luego alguna de ellas parece que su apoyo no era tan claro como en principio manifestaron. Me refiero especialmente a UGC, a la que he pertenecido durante cuatro años. La UGC se resiste a solicitar la convocatoria extraordinaria del consejo de personal de la Guardia Civil.

Mi caso es la punta del iceberg. Desde que hice público mi caso en la prensa he recibido infinidad de llamadas de cabos, guardias, sargentos y oficiales que viven una situación idéntica o incluso peor que la mía.

En absoluto.

No me cabe duda de que el nvel de hartazgo de los oficiales que proceden desde la base de la Guardia Civil es muy alto. La Guardia Civil está dirigida por oficiales procedentes del Ejército de Tierra, que gozan de privilegios de los que abusan en detrimento del personal de promoción interna.

Cineucneta por ciento, a partes iguales.

Se debe a las situaciones de abuso y arbitrariedad que se viven a diario y a la falt d eun canal interno eficaz para poder solucionar esa problemática.

Un abrazo, compañero.

Nadie está vacunado contra el acoso. Ni los guardias, ni los cabos, ni los oficiales ni los suboficiales. Todo el mundo está expuesto a ser víctima de una situación de acoso en cualquier momento. De hecho han sido numerosos los que han contactado conmigo desde que mi situación se hizo pública.

Los mandos de la guardia civil proceden por dos vías. Los que ingresaron como guardias y con esfuerzo, estudio, y superación llegaron a oficiales, y los que proceden del ejercito de tierra, que tienen una carrera meteórica y prvilegiada con respecto a los de promoción interna. Los que proceden del ejército acceden a las mejores vacantes y dejan las migajas para los demás.

Desde mi punto de vista, el nivel de hartazgo ha llegado a tal nivelq ue ya no es posible que la gente lo soporte más.

Esta decisión la tomé solo con el apoyo de mi mujer. Salí de mi casa de Cádiz con mi mochila, decidido a afrontarlo solo. No pretendo ser punto de lanza y si alguien quiere apoyarlo es una decisión personal de cada uno.

En vía legal, hasta Estrasburgo, que es hasta donde puedo llegar. Actualmente tengo la denuncia por acoso endiente de un recurso ante la sala de lo militar del Tribunal Supremo. Y en otras vías estoy dispuesto a pedir asilo político en las embajadas de los países democraticos, de Europa o del resto del mundo, si en España, país supuestamente democrático, no se garantizan mis derechos fundamentales.

He recibido apoyos de infinidad de compañeros, guardias civiles, policías nacionales y locales y ciudadanos anónimos, quye incluso a las puertas del ministerio me han ofrecido dormir en sus casas al verme en la calle tirado como un perro sin que el ministro se dignara siquiera a contestar a mis peticiones de audiencia.

No lo sé porque ni siquiera si dignaron a responder a mi saludo militar antes de ayer a las puertas del Ministerio.

Hay un alto nivel de suicidios en la Guardia Civil y muchos de ellos no me cabe la menor duda de que son debidos a acoso laboral. Son situaciones que llevan a que te pasen por la mente las ideas más desesperadas.

Me siento apoyado por los guardias civiles.

Eso es una estrategia de destrucción por haber dado el paso de presentar una primera denuncia oficial. A partir de ahí, toda la maquinaria de la guardia civil se encamina a destruirte como profesional y como persona.

No es la primera vez que intervengo. En este caso era mi cartera, pero en ocasiones anteriores, he actuado cuando he visto a cualquier delincuente en la calle. Es una obligación que tengo coomo profesional y como persona. En una ocasión en Torremolinos perseguí a un delincuente que había arrebatado el bolso a una señora y lo recuperamos, sin encontrarme de servicio tampoco.

Las presiones son las mismas. Siendo guardia, siendo cabo, suboficial u oficial. En cierta ocasión, cuando yo era cabo, un teniente de la guardia civil procedente del ejército de tierra me llamó terrorista burocrático por hacer uso de mi derecho de petición y presentar un escrito contra una situación que consideré injusta.

Por lo que conozco, la operación columna fue una estrategia planificada desde la cúpula de la dirección general de la Guardia Civil y del Ministerio de Defensa, en la anterio etapa socialista, para acabar con los primero brotes del asociacionismo en la Guardia Civil. Por lo que he leído, consistía en desacreditar, calificando de locos mediante informes de los trbunales médicos militares a cualquier sindicalista del antiguo SUGC.

Esto es una decisión personal mía y cada uno debe obrar según su conciencia. Si alguien considera que ha sufrido abuso, hay vías legales para denunciarlo como he hecho yo. No animo a nadie a que haga ninguna revolución.

No tengo nada de lo que avergonzarme e iré a plantear mi problemática a cualquier autoridad que quiera recibirme. EL director general de la guardia civil me lo ha negado, el ministerio del Interior no me ha contestado, el ministerio de Defensa no me ha contestado.

Porque pretenden mantener una serie de privilegios que obtuvieron por la puerta de atrás cuando en 1998 se produjo la división de oficiales en dos escalas, la de los blancos y la de los negros. Los blancos, procedentes del ejército de tierra, con todos los privilegios, y los negros, de promoción interna, procedentes de la base de la Guardia Civil, sin derecho ni a respirar. Anteriormente a esta separación existía una escala única de oficiales en la Guardia Civil.

Esto no es una protesta, esto es el ejercicio de mi derecho fundamental a ejercer mi libertad religiosa, rezando a mi Virgen del Pilar donde estime conveniente. Si alguien lo consdera una protesta, es su problema.

Esa es tu opinión, que no comparto, pero la respeto.

Gracias a todos los compañeros que me han mostrado su apoyo.