"No las estamos vendiendo sólo para el Mundial, nos las han pedido sindicatos para utilizarlas en manifestaciones e incluso de cara a la Copa del Mundo de Rugby del año que viene que tendrá lugar en Nueva Zelanda", afirman
Alex Ducros y
Alex Brault, socios encargados de la página.
Para poder "animar sin desestabilizar", las vuvuzelas que venden, y cuyo precio ronda los 10 euros, miden 65 centímetros y emiten unos 70 u 80 decibelios, a diferencia de las de Sudáfrica que son de 1 metro de longitud y producen aproximadamente el doble de ruido.
Vuvuzela viene de "vuvu", que en zulú significa precisamente "hacer ruido" y suele estar hecha de plástico. El sonido que produce es similar al barritar de un elefante o al zumbido de una abeja y ya es una parte más del Mundial de Sudáfrica.
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