El ministro de Educación ha puesto sobre la mesa su 'revolución' educativa. Si bien, Wert se ha manifestado contrario a una reforma de la ley educativa por la inestabilidad que ello podría generar, sí ha señalado importantes puntos de reforma para mejorar los resultados de PISA y otros sistemas de evaluación que se implementarán a partir de ahora para analizar el estado de la calidad educativa.
Wert ha avanzado su apuesta por la introducción de otras lenguas en el proceso educativo y, concretamente, sobre el inglés -una lengua que es vehículo del conocimiento como ha recordado el propio ministro de Educación-, anunció que las clases meramente lingüísticas son ya una realidad del pasado y que darán paso a las clases "en inglés", sin especificar eso sí qué asignaturas podrían ser susceptibles de ser impartidas en esta lengua extranjera. Hay que recordar que el Tribunal Superior de Valencia ya tumbó la 'experiencia' de Camps de obligar a impartir 'Educación para la ciudadanía' en inglés porque el castellano es la lengua vehicular en el sistema educativo.
Precisamente, sobre esta asignatura que tanta polémica ha desatado, el ministro de Educación ha avanzado que su temario será 'limpiado' de "cuestiones controvertidas y susceptible de caer en el adoctrinamiento ideológico". Es decir, no desaparece pero sí será rebautizada como una 'Educación ciudadana y constitucional'. Su objetivo "deberá centrarse en proporcionar a los alumnos el conocimiento de la Constitución, así como la historia de la UE y sus instituciones", añadió Wert.
Sobre la reforma de mayor calado, pero ya conocida, la que afecta a 4º de la ESO, el ministro de Educación ha precisado que la obligatoriedad de estudiar seguirá estando en los 16 años, pero a partir de ahora habrá 3 cursos de ESO y otros 3 de Bachillerato o de FP con un primer curso que será básicamente orientativo.
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