> Le preocupa que un camino como el de Cataluña cause, al final, una frustración social- El PNV, por las claras: aspira a una "nación vasca" en Europa con derecho a decidir "libre y democráticamente" su futuro
Diariocrítico/Agencias | Domingo 20 de abril de 2014
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que le preocupa que "un
camino como el de Cataluña cause, al final, una frustración social". En
este sentido, ha asegurado que él, como nacionalista, aspira a "la
soberanía plena", pero, como lehendakari, defiende "un proceso gradual".
En una entrevista concedida al diario 'El Correo', Urkullu ha apostado por un acuerdo entre las cuatro
sensibilidades políticas vascas --PNV, EH Bildu, PSE-EE y PP-- para
lograr un mayor autogobierno en Euskadi y que sea ratificado por la
ciudadanía vasca.
Además, ha defendido un proceso gradual "sin cerrar puertas a las
aspiraciones legítimas" que tiene como nacionalista, es decir, "la
capacidad de ser soberano plenamente". No obstante, ha indicado que "es
un debate que puede confundir en el año 2014" porque se está "en un
mundo de interdependencias, donde la soberanía plena" no sabe "si la
tiene nadie".
A su juicio, es necesario "acomodar los planteamientos de hace 200
años a la realidad actual". Además, ha recordado que en Europa "los
ciudadanos demandan cada vez más unidades sociopolíticas mucho más
eficaces que el Estado-nación". "En el futuro veremos
ciudades-nación, una Europa más social y más humana", ha añadido.
En cuanto a su reclamación de una relación bilateral entre Euskadi
y el Estado, ha señalado que podría entenderse "como un modelo
confederal basado en el respeto a los derechos históricos". Para ello,
ha admitido que haría falta una reforma constitucional.
DECLARACIONES UNILATERALES
Iñigo Urkullu ha aseverado que no trabaja en futuras declaraciones
unilaterales de independencia, porque ése no su método, y ha insistido
en la necesidad de un acuerdo social. Además, ha asegurado que le
preocupa, como lehendakari, que un camino como el emprendido por
Cataluña provoque, "al final, una frustración social".
En su opinión, "merece la pena considerar muy bien las
aspiraciones de uno, que son legítimas, pero saber también cuál es el
grado de asunción por parte de la mayoría de la sociedad de estas
aspiraciones y la posibilidad real de llevarlas a la práctica".
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