Orioll Junqueras (ERC), esta mañana
Leonor Mayor (Barcelona) | Martes 16 de septiembre de 2014
Artur Mas se veía ayer abocado a convocar elecciones anticipadas. Hoy le han
salido dos novios dispuestos a salvar la legislatura. Dos novios con propuestas
muy diferentes. El líder de ERC, Oriol Junqueras, se ha ofrecido por primera
vez de forma pública a entrar en el Govern. Eso sí, a cambio de "blindar
la consulta", lo que traducido al lenguaje de los mortales significa a
cambio de saltarse la ley y sacar las urnas a la calle el 9 de noviembre,
aunque lo prohíban los tribunales españoles.
El nuevo líder del PSC, Miquel Iceta, que se ha estrenado en su cargo
con un discurso crítico, pero constructivo y con un punto divertido, también
está dispuesto a salvar a Mas y a
evitar que Cataluña se vuelva una comunidad ingobernable en la que se celebran
elecciones cada dos años. Iceta se ha ofrecido a asociarse con CiU para que los
nacionalistas puedan acabar esta legislatura que aún no ha llegado ni a su
ecuador. El socialista está incluso dispuesto a pelear para que se celebre la
ansiada consulta de Mas, pero también con una condición: que se opte por las
negociación con el Gobierno central y el respeto a la ley y al Estado de
derecho.
Mas, como cualquier persona a la que le salen dos novios de golpe, se deja
querer y no ha dado el sí a nadie. A Junqueras
le ha recordado que tiene otros posible socios, le ha reprochado que hablé de
"blindar" la consulta por la inconcreción del término y le ha dado
largas: "ya hablaremos en su momento". El presidente catalán tampoco
ha querido comprometerse con Iceta, pese a que no ha descartado cerrar acuerdos
puntuales con los socialistas.
El PSC de Iceta podría convertirse en la tabla de salvación de un Mas que se
ha encaminado hacia un callejón sin salida política. Mas pretende convocar el
referendo independentista del 9-N amparándose en la Ley de Consultas Populares
que el Parlament aprobará el viernes. El Gobierno central recurrirá tanto esa
ley como el decreto de convocatoria de la consulta. Así a Mas se le cerrará el
camino de la legalidad. Junqueras quiere que el president desoiga a los
tribunales y saque las urnas a la calle incurriendo en una ilegalidad.
Mas no parece dispuesto a saltarse la ley, pero insiste en preguntar a los
catalanes sobre la independencia. Eso le llevaría a convocar unas elecciones
anticipadas de tipo plebiscitario. Todas las encuestas indican que esa cita
electoral sería una hecatombe para CiU, que cada día pierde votos a favor de
ERC y que todavía no ha pagado en las urnas la factura de los recortes sociales
y del 'caso Pujol'. El president quiere agotar la legislatura, porque piensa
que en los dos próximos años, la economía puede remontar y su partido, tomar
nuevo aire.
Dos años de gracia
Pero CiU gobierna gracias al apoyo de ERC y los republicanos se lo retirarán
si no hay referendo. La oferta de Iceta podría salvar a Mas, darle esos dos
años de gracia, pero también es peligrosa para los convergentes, porque para
gran parte de su electorado, un pacto con el PSC se vería como un paso atrás en
el denominado "proceso" independentista.
Al president sólo le quedan unas semanas para acabar de decidirse, pero en
la sesión de hoy se ha desvelado que su relación con Junqueras es cada vez más
tensa. El republicano le ha reprochado sus dudas, porque, al fin y al cabo, ha
argumentado, Mas ya sabía que el Gobierno central impediría la consulta cuando
se decidió a celebrarla. Y el presidente le ha contestado recordándole que
tiene otros posibles socios y recriminándole que ERC no haya entrado en el
Govern: "En otros tiempos, cuando no había crisis, se producían carreras
por entrar en el Ejecutivo. Se podían inaugurar cosas", ha sentenciado
irónico.
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