Pero además de los lazos económicos entre Cataluña y el resto de España y los intereses comunes, Felipe VI habla también de sentimientos. "Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser", recuerda el Rey, convencido de que lo que hace de España una nación con una fuerza única es la suma de nuestras diferencias, que debemos "comprender y respetar" y que "siempre nos deben acercar y nunca distanciar".
Tras advertir de que el mundo globalizado de hoy "no acepta ni la debilidad ni la división de las sociedades" y "camina hacia una mayor integración", Felipe VI anima a los españoles a seguir "construyendo todos juntos un proyecto que respete nuestra pluralidad y genere ilusión y confianza en el futuro".
El tercer reto que identifica el Rey tiene que ver con la "dureza y duración" de la crisis económica, que produce en muchas familias "incertidumbre" por su futuro. Aunque reconoce que la mejora de los datos macroeconómicos son esperanzadores, avisa de que la lucha contra el paro, que continúa en una tasa "inaceptable", debe continuar siendo la "gran prioridad".
LA ECONOMÍA, AL SERVICIO DE LAS PERSONAS Por eso, y recordando el "sacrificio" de los ciudadanos durante toda la crisis económica, exige a agentes políticos, económicos y sociales que trabajen unidos permanentemente para crear puestos de trabajo y, sobre todo, "empleos de calidad" porque la economía -dice el Rey_"debe estar siempre al servicio de las personas".
"Debemos proteger especialmente a las personas más desfavorecidas y vulnerables. Y para ello debemos seguir garantizando nuestro Estado de Bienestar, que ha sido durante estos años de crisis el soporte de nuestra cohesión social, junto a las familias y a las asociaciones y movimientos solidarios", remarca el monarca.
El jefe del Estado también se ha referido en su discurso a la abdicación de su padre, el Rey Juan Carlos, y a su posterior proclamación como Felipe VI. La normalidad con la que se desarrolló ese proceso, de acuerdo con la Constitución, permitió a España dar "a sí misma y al mundo un ejemplo de seriedad y dignidad", valora el Rey.
En la parte final de su alocución, Felipe VI ha agradecido el "respeto, afecto y cariño" que ha percibido en estos primeros meses de reinado y se muestra convencido de que España superará los retos que tiene planteados.
"Tenemos capacidad y coraje de sobra. Tenemos también el deseo y la voluntad", dice el Rey, que cree que lo que le hace falta ahora a los españoles es recuperar la confianza en sí mismos, pues ésa es la "clave" para "recuperar el orgullo" de nuestra conciencia nacional, la de una España "moderna, de profundas convicciones democráticas, diversa, abierta al mundo, solidaria, potente y con empuje".
"Con ese mismo empuje y con el ejemplo con el que vosotros afrontáis vuestro día a día luchando ante las adversidades intentando progresar, procurando mejorar honestamente vuestra vida y la de vuestras familias", concluye el Rey, que se despide felicitando la Navidad en las lenguas cooficiales del Estado en nombre de su mujer, la Reina Letizia, y de sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía.